ELVIRA ARELLANO PIDE AYUDA A MÉXICO PARA EVITAR DEPORTACIÓN

La inmigrante indocumentada mexicana Elvira Arellano pidió ayuda al presidente de México, Vicente Fox, para que interceda a su favor ante su homólogo estadounidense George W. Bush y se suspenda la orden de deportación en su contra.

En una carta entregada hoy a un representante del Consulado General de México en Chicago, Arellano afirma que el Departamento de Seguridad Nacional emitió la orden de deportación en su contra pese a que en el Congreso hay dos proyectos de ley que atañen a su caso y que, de aprobarse, le permitirían permanecer en los Estados Unidos.

Arellano escribió que decidió desafiar a las autoridades el 15 de marzo y refugiarse en una iglesia del noroeste de Chicago “como un acto de conciencia en beneficio de mi hijo y de los 3,9 millones de niños ciudadanos que se encuentran con posibilidades de ser separados de sus padres o madres”.

Dijo que no es una fugitiva, “pues he declarado a Seguridad Nacional y al mundo en general dónde me pueden encontrar”.

“Nos soy ni terrorista ni criminal, sino una madre”, dijo en conferencia de prensa realizada en la Iglesia Metodista Unida San Adalberto del barrio Humboldt Park.

En su carta pide a Fox que hable personalmente con el presidente Bush y le pida “que haga lo que tiene el poder de hacer bajo la ley, es decir, otorgarme una suspensión de deportación como se hizo el año pasado en iguales circunstancias”.

Arellano fue detenida por primera vez en 1997 luego de cruzar la frontera hacia EEUU, y enviada de regreso a México, pero regresó a los pocos días.

En el 2002 fue detenida en el aeropuerto O’Hare de Chicago, donde trabajaba como limpiadora con un número de seguro social falso.

Como madre de un hijo ciudadano contó con la ayuda de políticos locales que presentaron una ley personal en su nombre, con lo que consiguió postergar la deportación tres veces hasta que fue citada por Inmigración para ser removida del país.

En caso de que Bush se niegue, Arellano pide al gobierno mexicano que le extienda protección diplomática para que ella se pueda quedar en Chicago con su hijo Saul, “y seguir trabajando para proteger los derechos y la dignidad de nuestro pueblo”.

“México tiene miles de acuerdos que permiten que las corporaciones norteamericanas operen en ese país a su antojo”, señaló, y “no puedo creer que el gobierno de México sea incapaz de proteger la unidad de nuestras familias, un derecho y una responsabilidad que viene de Dios”.

“Nuestras familias no crearon el caos económico y legal en el cual existimos, ni inventaron el sistema de mano de obra indocumentada que tanto ha contribuido a la prosperidad de los Estados Unidos durante un siglo o más”, expresa en la carta.

La inmigrante admite que si una persona no acata la orden de deportación en 90 días, se le podrían imputar cargos serios que incluirían la cárcel por cuatro años.

“Aún así resistiré, por ser un ejemplo de lo que una madre hace por defender los derechos humanos y constitucionales de un hijo”, concluyó.

Autoridades de Inmigración dijeron que por el momento no piensan invadir la iglesia para detener a Arellano, pero la orden se cumplirá cuando consideren necesario. VN

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