EL CARMELITA TRACY O’SULLIVAN ENSEÑA QUE DIOS AMA SIN CONDICIONES
El religioso se ha convertido en guía del crecimiento espiritual y ha logrado que sus feligreses vuelvan a sentir la Biblia
La vocación al sacerdocio no siempre nace cuando uno es pequeño, muchas veces los padres la inculcan, otras veces son amistades o algún acontecimiento; hasta una simple frase puede despertar en alguien el deseo de servir a Dios.
En el caso del padre Tracy O’Sullivan, la vocación le fue naciendo a consecuencia de que su madre comentara repetidamente que sería “un gran honor” tener a un sacerdote en la familia, más que un presidente de la nación.
Tracy O’Sullivan nació en Chicago en una familia católica numerosa. Él fue el número siete de los ocho hijos -cuatro hombres y cuatro mujeres- de la familia O’Sullivan, que, según afirma, ya tiene más de 500 años de tradición católica en este país. La edad de los hermanos varía hoy entre 73 y 90, siendo él el único sacerdote y habiendo dedicado su última hermana, la octava, su vida a ser religiosa.
VOCACIÓN
La vocación del padre O’Sullivan es un ejemplo más de la influencia de la familia, en su caso de su madre, en lo que iba a ser su vida sacerdotal.
“Ella consideraba ser sacerdote como algo que se tiene en alta estima y que era mejor ser sacerdote que ser presidente de Estados Unidos, así que dediqué mi vida a eso”, dice a VIDA NUEVA el padre O’Sullivan.
Ya en la secundaria ingresó al Seminario Carmelita, pasando posteriormente 4 años en Niagara Falls, Ontario, un año de noviciado en Pennsylvania, 4 de teología en Washington, D.C. y uno de teología pastoral en Louisville, Kentucky.
Al preguntársele por qué escogió a los carmelitas, responde con rapidez: “Con ellos fui a la secundaria y los maestros me impresionaron mucho. Eran personas de gran entusiasmo y talento y yo quería ser como ellos. Siempre quise ser parte de esa orden religiosa, creía que sería la mejor para mí. Me sentí completamente realizado cuando logré empezar a formar parte de ella”.
El padre O’Sullivan, O. Carm. se ordenó como sacerdote católico en la Catedral de St. Raymond, de la diócesis de Joliet en Illinois, en mayo de 1962, por lo que este año celebrará su bodas de oro sacerdotales.
VIAJE INTERRUMPIDO
Una vez ordenado, el padre Tracy debía -al menos así lo pensaba él- viajar a cumplir su misión en Chile, en Sudamérica, pero el destino lo llevaría mucho más cerca de casa.
“Terminé en Chicago, a una milla de mi hogar. En los años que estuve en el seminario éste cambió su conformación. De ser predominantemente blanco pasó a ser afroamericano con algunos puertorriqueños; por eso me decidí a estudiar español en el seminario y empecé a dominarlo un tanto. Después todos los puertorriqueños se fueron así que no tuve la oportunidad de practicar mi español. Terminé trabajando con la comunidad afroamericana. Mi español desapareció por completo”, relata.
Dos años después de su ordenación, el padre Tracy fue asignado a la parroquia de Santa Clara, en Chicago, en un barrio predominantemente afroamericano. “Era un vecindario muy difícil con pandillas y gran inquietud y violencia. Pero aprendí a ganarme el respeto. Fui bienvenido, recibí apoyo. Había muchos problemas, pero en especial en la parroquia yo recibí un gran apoyo”, relata.
Dos años después pasó a San Cirilo y años más tarde sería pastor de estas dos parroquias combinadas, labor que desempeñó hasta su nombramiento como director de formación de su orden en Washington, D.C., que incluía la formación de los futuros carmelitas.
“Fui director de los estudiantes, era formador, guía para los maestros y los estudiantes. En ese entonces teníamos de 15 a 20 alumnos. El trabajo fue bien, me gustaba mucho la labor en la parroquia, pero también disfruté los años que estuve ahí”, dice.
SAN RAFAEL
A continuación, en 1994 dio el salto hasta el centro-sur de Los Ángeles, a la parroquia de San Rafael, donde aún desempeña su labor sacerdotal como pastor de más de 4 mil feligreses.
“Cuando yo empecé aquí, la parroquia de San Rafael estaba más conformada por afroamericanos. Ahora es predominantemente hispana”, dice el pastor de San Rafael, que cuenta con la ayuda de un sacerdote con una gran relación con la comunidad hispana y también con un compañero de la secundaria con quien ahora trabaja después de muchos años de separación.
“Hace poco vino un seminarista que se va a ordenar en abril de 2012. Es de ascendencia china, pero habla español con fluidez”, dice el padre Tracy de la ayuda con la que cuenta en esta parroquia conformada en un 90% por hispanos. La mayoría procede de México, El Salvador y Guatemala. El vecindario es un 65% o 70% hispano y el resto es afroamericano.
Este gran número de hispanos hizo que el padre Tracy pusiera nuevamente en uso su español, pero, igual que los hispanos encuentran dificultad para aprender el inglés, el padre encontró difícil llegar a dominar otro idioma.
“Me esfuerzo mucho con el idioma. Me puedo comunicar, pero es una gran carga no poder hablarlo bien. Soy un buen predicador y a la gente le gusta la forma en que predico y lo que digo, pero no soy bueno para sostener conversaciones prolongadas donde participan dos o tres personas. Es porque hablan demasiado rápido y yo simplemente no tengo el vocabulario suficiente. Cuando predico tengo el control”, dice.
VOCACIONES JÓVENES
“A cualquier joven que quiera dedicarse a esta vida, le diría que es un llamado muy, muy hermoso. Quiero que sepan que yo soy una persona feliz, ésta es una vida que da muchas satisfacciones. Yo le diría a cualquier joven que esté interesado en el sacerdocio que viva su vida, que esté seguro de que comprende lo que está haciendo y que vaya al colegio y tome una decisión madura, manteniendo el contacto con nosotros. Nosotros seguiremos en contacto con él.
Lo alentaremos de cualquier forma posible, pero es necesario que también viva su vida de una manera normal y madura”.
Explica que la orden carmelita pide a los estudiantes que tengan un mínimo de dos años de colegio antes de ingresar a su programa y luego pueden ir a Chicago a terminar sus estudios antes de ingresar al noviciado. Además, lanza un llamado especial a los hispanos debido a que muchas de las parroquias aquí en Estados Unidos cuentan con una creciente población hispana.
RESPETO A LAS TRADICIONES
“Una de las cosas de trabajar en esta parroquia donde casi el 90% es primera generación nacida en México, Guatemala, El Salvador, es que aquí ponemos gran énfasis en la religiosidad popular, en conservar vivas las tradiciones de sus fiestas, sus Posadas, su celebración de la Virgen de Guadalupe, de el Señor de Esquipulas y muchas otras expresiones de la cultura. Eso es muy importante. Al mismo tiempo trabajamos mucho para implicar a la gente en la liturgia. Tenemos varios ministros litúrgicos, tratamos de balancear lo antiguo con el nuevo énfasis en lo eucarístico”.
Este año, dice, San Rafael está llevando a cabo el que llama Año de la Biblia, donde se pide a cada grupo de la parroquia que empiece sus reuniones con una reflexión del Evangelio del domingo. Además, se han colocado biblias en las bancas del templo, además de los misales, para alentar a la gente a leer la Biblia. “Como resultado de ello, la gente está empezando a sentir la Biblia como su libro, pero se va a necesitar tiempo porque ha estado un poco olvidada. La mayoría siente temor y quiere saber sobre la Biblia, pero a veces la encuentran difícil”, dice el padre Tracy para concluir. VN
PREGUNTITAS
Idiomas:
“Hablo suficiente español”.
Lectura:
“Me encanta leer. Siempre leo sobre la Biblia. Me gusta leer libros sobre la espiritualidad carmelita. En especial Santa Teresa de Ávila”.
Deportes:
“Me gustan mucho los equipos de Chicago, en especial los White Sox, los Bulls y el fútbol de Notre Dame”.
Deportes que practica: “Tengo 76 años y hago ejercicios regulares cuatro horas por semana en una piscina”.
Cocina:
“No cocino”.
Comida:
“Toda la americana”.
¿Qué haría si tuviera la oportunidad?:
“Me gustaría trabajar a tiempo completo en la espiritualidad carmelita, estudiando, enseñando y guiando”.
¿Cómo le gustaría que lo recuerden?:
“Espero que me recuerden como una persona que trató de enseñarles que Dios los ama sin condiciones y que los llama a la plenitud de la vida en Jesucristo. Que era un sacerdote que alentaba a la gente a caminar con Jesús. Que sepan que fui un pecador y que Dios es bueno”.
Padre Tracy O’Sullivan
Iglesia Católica San Rafael
942 West 70th Street
Los Angeles, CA 90044
(323) 758-7100
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