EL ACOSO ESCOLAR EMPUJA A LOS ESTUDIANTES A ENTRAR EN PANDILLAS

El acoso escolar puede provocar que los jóvenes entren en pandillas para librarse del hostigamiento de los mayores y más fuertes, según una campaña puesta en marcha en California que busca educar sobre esta situación.

Los estudiantes que participan en los programas de la organización “THINK Together” han puesto en marcha una campaña contra este tipo de abuso que -especialmente en las minorías- los puede empujar a formar parte de las pandillas y a entrar en un mundo de violencia y delincuencia.

“Muchos estudiantes latinos sienten la presión del ‘bullying’ en su vida diaria y las pandillas son para ellos un recurso de protección”, explicó Randy Barth, fundador y Director ejecutivo de “THINK Together”.

Según Barth, muchos jóvenes ven en las pandillas una manera de protegerse del acoso de otros estudiantes y algunas veces de los mismos pandilleros.

“Al formar parte de una pandilla, ya no se sienten solos y al contrario se sienten protegidos”, explicó Barth.

Cerca del 30 por ciento de los estudiantes hispanos han sufrido algún tipo de persecución durante su escolaridad en la escuela intermedia y superior, según un estudio de doctora Rashmi Shetgiri, investigadora de la Universidad de Texas en la reunión anual de Sociedades Académicas Pediátricas (PAS, en inglés).

“Muchas veces el abuso proviene de los mismos pandilleros que los presionan para que se unan al grupo”, aseguró Salvador Sánchez, ex pandillero y actualmente rehabilitador en programas del Condado de Los Ángeles.

“Desafortunadamente los padres algunas veces ni siquiera se enteran de la situación de abuso que están sufriendo sus hijos por parte de sus compañeros”, explicó Sánchez.

En general, los jóvenes no hablan de ello en sus hogares, “en parte porque sienten vergüenza de decirlo y en parte por evitar más problemas en caso de que uno de los padres se queje en la escuela y los compañeros lo sepan”, agregó Sánchez.

El problema no sólo afecta a los varones. Las niñas también sufren el acoso (“bullying”) incluso procediendo de otras niñas.

“No supe por qué pero dos compañeras afroamericanas de mi preparatoria simplemente decidieron amenazarme todos los días, a mí y una amiga también hispana”, recordó Laura Sierra.

“Hablé con mis padres y ellos me apoyaron pero les pedí que no se quejaran en la escuela, pues eso sería peor”, explicó la joven, ahora de 25 años y ya casada, al contar que el problema.

Según el informe presentado en PAS, cerca del 30 por ciento de los estudiantes hispanos participan en el abuso ya sea como abusadores (13 por ciento) o como víctimas de abuso (10 por ciento) o como ambos (6,3 por ciento)

Estudiantes del programa THINK han recogido cerca de 20.000 firmas como parte de una campaña para preparar a los estudiantes, los profesores y los padres para que puedan actuar en contra de este tipo de abuso.

“Esta forma de abuso causa dolor, sufrimiento y tensión a las víctimas y nunca puede ser justificada o excusada”, aseguró Barth al señalar que la campaña de prevención busca generar compromisos firmados por los estudiantes para -entre otras cosas- respetar a los demás, sin importar las diferencias individuales y reportar inmediatamente cualquier caso de abuso

Según la doctora Shetgiri, los padres pueden prevenir el abuso si tienen más comunicación y participan más de las actividades de sus hijos.

Por otra parte, “los niños que tienen problemas emocionales o de desarrollo que tiene madres con problemas de salud mental son más propensos a ser abusadores”.

California fue calificado como uno de los estados con más alto índice de abuso estudiantil en un análisis encargado por la Liga Defensora de Estudiantes, organización no lucrativa que busca defender los derechos de los jóvenes en la escuela. VN

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