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EDUCACIÓN CATÓLICA Y VIDA PARROQUIAL COMPARTEN BENDICIONES

La Fundación de Educación Católica de la Arquidiócesis y Juntos en Misión destacan por la ayuda que brindan a la educación

A través de las cinco regiones pastorales, la Fundación de Educación Católica de la Arquidiócesis y su programa “Juntos en Misión” (Together in Mission Catholic Annual Appeal) han sido “como levadura” para las parroquias y escuelas con carencias económicas.

Estos dos programas han sido fundados por el Cardenal Rogelio Mahony. La Fundación de Educación Católica apoya financieramente a estudiantes de escuelas católicas con necesidades económicas, y Juntos en Misión proporciona los recursos necesarios a las parroquias y escuelas en zonas de bajos ingresos. Ambos han recolectado y distribuido un total de más de 346 millones de dólares.

JUNTOS EN MISIÓN

“Un importante logro de mis años de labor como Arzobispo Cardenal de la Arquidiócesis de Los Ángeles es el maravilloso éxito que ha tenido Juntos en Misión”, escribió el Cardenal Mahony en el Folleto Anual de Llamamiento de este año, personalizado para cada región y que incluye historias de donantes y receptores. “Nuestro folleto anual nos reúne a todos como a uno solo; dispuestos a cuidar nuestras parroquias y escuelas necesitadas”, añadió.

Establecido por el Cardenal Mahony en 1992, Juntos en Misión (TIM) ha recaudado más de 236 millones de dólares para ayudar a parroquias y escuelas parroquiales a cubrir los costos operativos, reemplazo de vehículos para sacerdotes de la parroquia y seguro de salud para maestros y personal de la iglesia. Además proporciona un fondo de emergencia para que las parroquias y sus escuelas tengan capital para invertir en mantenimiento y reparaciones.

“Juntos en Misión es el salvavidas de la Escuela Santa Teresita”, dijo la Hermana Dominica Mary Catherine Antczak, directora de la escuela de la parroquia situada frente al proyecto de vivienda pública de Jardines de Ramona en Boyle Heights.

Ella no tiene ninguna duda de que la Parroquia de Santa Teresita no podría mantener una escuela sin la subvención financiera de TIM, que mensualmente cubre los costos operativos y beneficios de salud para los docentes.

“El pueblo de Dios a través de la Arquidiócesis agradece el liderazgo del Cardenal Mahony, extendiéndonos su mano y ofreciéndonos apoyo; sería imposible lograrlo por nuestra cuenta”, dijo la Hermana Antczak. “Para mí, Juntos en Misión es realmente la Iglesia donde las personas que son bendecidas materialmente están invitadas a compartir, y además permitir que las bendiciones de la Educación Católica y la vida parroquial toquen la vida de las familias”.

“Es un mérito enorme del Cardenal Mahony asumir el liderazgo de las personas de la Arquidiócesis que responden tan generosamente, y a la vez mantener este fondo”, declaró la religiosa.

“Juntos en Misión ha mantenido básicamente nuestra escuela abierta”, dijo Mario Landeros, director de la escuela de Ángel de la Guarda en Pacoima. Este año la parroquia fue seleccionada para recibir fondos en la Cena de Premiación del Cardenal, y así continuar la construcción de una nueva iglesia”.

“Si no hubiera ayuda de tanta gente generosa, no existiríamos”, dijo Landeros. “Es una manera de difundir el Evangelio. Juntos en Misión está dando a los donantes la oportunidad de ser un Apóstol [y hacer] trabajo de misionero”.

“Estamos realmente agradecidos a Juntos en Misión”, dijo el padre Nelson Trinidad, administrador de nuestra Señora de Guadalupe (Rose Hill) en El Sereno. Señaló que la Iglesia y la escuela recibieron fondos importantes de TIM que les servirán por mucho tiempo. “Nosotros no podemos sobrevivir sin ellos hoy, especialmente desde que ha bajado la inscripción en la escuela”, dijo el padre de Trinidad.

“Me atemoriza pensar que alguna vez falte Juntos en Misión”, dijo la doctora Karen Kallay, directora de la Escuela Ascensión en Los Ángeles, donde se estima que un 97% de las familias de la escuela reciben algún tipo de asistencia financiera, y muchos hacen horas de servicio voluntario, tal como vender alimentos cada tercer domingo, con el fin de recaudar fondos para becas.

“Si no tuviéramos este programa, las puertas de nuestras escuelas se cerrarían. No podríamos operar”, dijo Kallay, quien señaló que la matrícula de 2,300 dólares está significativamente por debajo de los 3,600 dólares que cuesta educar a un estudiante en la escuela.

“Juntos en Misión ayuda a mantener la matrícula asequible para las familias”, comentó la Hermana Judy Flahavan de Notre Dame de Namur, directora de la escuela Natividad en el Sur de Los Ángeles.

“Cuando los estudiantes nos dejan”, agregó, “ellos están realmente listos para funcionar bien con gente de otros niveles económicos”.

El hermano vicentino Tony Wiedemer, asistente pastoral en San Vicente en Los Ángeles, dijo que los fondos de Juntos en Misión también ayudan a la escuela San Vicente a mantener la matrícula al alcance de las familias. “Estamos bendecidos de contar con los fondos CEF (Fundación de Educación Católica) que nos ayudan a ofrecer un buen programa para todos los niños”, dijo el hermano Wiedemer.

FUNDACIÓN DE EDUCACIÓN CATÓLICA

“Mi objetivo en aquellos primeros años aquí en Los Ángeles fue asegurar que nuestra Iglesia pudiera siempre proporcionar una educación católica para los más necesitados, los pobres y desfavorecidos”, escribió el Cardenal Mahony en la Declaración de Responsabilidad Anual de 2010 para la Fundación de Educación Católica.

El Cardenal señaló que la CEF ha crecido desde 1998 cuando comenzó a ofrecer sus primeros subsidios para el pago de matrículas a 500 estudiantes, y en corriente año proporciona ayuda a 8,400 estudiantes de primarias y secundarias. En total, más de 100 mil estudiantes han recibido asistencia, totalizando más de 110 millones de dólares.

Kathleen Anderson, directora ejecutiva de la Fundación de Educación Católica, señaló que 98% de los 410 estudiantes de las escuelas secundarias con CEF que se graduó en 2010, ingresó a la universidad el otoño pasado. “Es la capacidad de nuestros alumnos para tener éxito en este camino lo que nos inspira a hacer más”, dijo Anderson.

“Lo que CEF hizo por mi vida es algo que nunca olvidaré”, dijo Alex Chacón, 34, en su primer año como director en la Secundaria Santa Mónica en Santa Mónica.

Cuando era un estudiante CEF en la Secundaria Salesiana, su familia no hubiera podido pagarle su educación sin asistencia. Un profesor lo motivó a continuar estudios superiores, y fue aceptado en Georgetown con casi una beca completa. Se graduó en cuatro años con un título en inglés y otro en teología.

“Sabía que quería ser director de la escuela primaria de Santa Teresita en Boyle Heights”, dijo Chacón. Su motivadora fue la Hermana Dominica Mary Sean Hodges, quien cuando era estudiante, le permitió recitar la oración a diario y dar los anuncios cada mañana en el micrófono.

Después de su graduación, Chacón volvió a la Secundaria Salesiana donde enseñó inglés, fue entrenador deportivo y además fungió como uno de los decanos.

“El concepto de desarrollo integral, algo nuevo en ese momento, capturó mi interés, probablemente porque había tenido tanta suerte de recibir asistencia financiera”, comentó Chacón, que pasó los siguiente tres años trabajando en programas de desarrollo de la Universidad Loyola Marymount (LMU) y asistiendo a clases de administración como carrera secundaria.

Luego, extrañando la interacción con los estudiantes, Chacón aceptó el cargo de asistente de director en la secundaria de Santa Mónica. Cinco años después se convirtió en el director número 24 de esta secundaria, y también enseñó inglés y sirvió como asistente de director.

“Ser capaz de darle a las familias luchadoras una oportunidad de que sus hijos asistan a una escuela católica, es ciertamente una forma católica de mirar la educación”, dijo Chacón, que estima que el 10% de los estudiante de la Secundaria Santa Mónica reciben asistencia para pagar su matriculación, y un total de un cuarto de todo el cuerpo estudiantil recibe algún tipo de ayuda financiera.

Jasmine Mora, de 26 años, trabajó en Washington DC como asistente de prensa para el congresista Xavier Becerra (D-California), y se siente agradecida de la asistencia de la Fundación de Educación Católica de la Arquidiócesis, lo cual le permitió recibir una educación católica.

“Era una estudiante bastante tímida. Creo que la escuela católica fue capaz de cultivar en mí los conocimientos y logros que hoy tengo”, dijo Mora, que se transfirió de escuela pública a católica en el cuarto grado con la asistencia de CEF.

Posteriormente fue una estudiante en la Secundaria Mary Star en San Pedro, en donde se graduó y luego pasó a UC Berkely. Esta hija de inmigrantes mexicanos fue la primera en su familia en ir a la universidad, algo que tiene en común con el Congresista Becerra.

“Siempre quise trabajar en política”, dijo Mora, quien tiene una maestría en educación de LMU que recibió cuando participaba en el programa PLACE. En éste los estudiantes enseñan por dos años en escuelas con necesidades económicas mientras estudian.

“No puedo expresar cuánto me ayudó la educación católica”, dijo Mora. “Conseguir la brújula moral es realmente, realmente valioso. Cuando me gradué de maestra traté de enseñar a los estudiantes la bondad de Dios”.

Con el deseo de aprender conocimientos de filantropía, ella trabajó en la oficina de CEF por cerca de un año, ahorrando dinero para mudarse a la capital de la nación; allí trabajó en dos empleos antes de obtener su actual puesto. Actualmente le gustaría obtener una maestría en política pública en Harvard.

Como fuerte defensora del valor de la educación católica, Mora dijo que varios de sus compañeros en Washington DC ya conocen los beneficios de ésta. “Creo que he sido bendecida al poder conocer las escuelas católicas por dentro y fuera”, dijo Mora. VN

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