DEPORTACIÓN DE ARELLANO HA VUELTO A UNIR A GRUPOS ACTIVISTAS PRO INMIGRANTES

La deportación de la inmigrante indocumentada Elvira Arellano ha servido para unir en una misma línea de trabajo a las diferentes organizaciones activistas que trabajan en defensa de los inmigrantes.

“Aunque la deportación de Elvira Arellano ha sido un golpe doloroso a la causa de la legalización de los indocumentados, por otra parte ha servido para unir de nuevo los esfuerzos”, aseguró el sacerdote católico Luis Ángel Nieto, uno de los impulsores del movimiento Nuevo Santuario, que busca dar asilo en las iglesias a los inmigrantes que enfrentan una orden deportación.

“Teníamos las mismas metas, pero estábamos trabajando separadamente”, explicó el sacerdote, para asegurar que a raíz de la deportación de Arellano, volverán a trabajar, no solamente en la misma dirección sino en algunos eventos específicos.

El 25 de marzo de 2006 la ciudad de Los Ángeles vio marchar a cerca de 500.000 participantes, en una protesta contra un proyecto de ley de inmigración que buscaba convertir en delito mayor el entrar ilegalmente al país.

La amenaza del proyecto de ley HR447, que finalmente no prosperó, movilizó a muchas de las organizaciones activistas a favor de la legalización de los indocumentados para trabajar conjuntamente en la realización de otra marcha central en cada ciudad.

Así, el 10 de abril de 2006, en las principales ciudades del país se realizaron marchas multitudinarias y Los Ángeles volvió a tener una de las protestas más nutridas.

Un año después, sin embargo, el panorama fue diferente. El 1 de mayo hubo al menos cuatro marchas distintas en Los Ángeles, una en la mañana y tres en la tarde, que terminaron en disturbios y el número total de asistentes estuvo muy lejos del medio millón del 2006.

Una de las causas fue la falta de coordinación entre los grupos organizadores. “Cada uno quería hacer ‘su propia marcha’ y tener el máximo protagonismo”, comentó a Efe un dirigente activista que pidió no ser identificado. “Si ‘la unión hace la fuerza’, en las marchas del 1 de mayo se comprobó que la desunión produce el fracaso”, aseguró.

A raíz de la detención y deportación de Arellano, los grupos sostuvieron una reunión el lunes de donde aparentemente salieron integrados nuevamente en la acción.

“Los grupos pro-inmigrantes tendrán que pensar muy bien su estrategia de ‘santuario'”, aseguró hoy a Efe Jorge Mario Cabrera, director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas (NALACC, en inglés), en entrevista telefónica desde El Salvador.

El directivo calificó la deportación de Arellano como “desconsoladora para el movimiento inmigrante”, al tiempo que demostró que “una vez que un inmigrante sale de la protección de la iglesia, no somos nadie. Nuestra promesa de ‘santuario’ debe ser limitada”, dijo.

El trabajo conjunto se ha centrado alrededor de una marcha en Washington D.C. para el 12 de septiembre acompañada de un boicot nacional, que ya se había anunciado antes de la detención de Arellano.

“Estamos convocando a una marcha en nombre de Arellano” aseguró Carlos Montes, de la Organización 25 de marzo, que organizó la marcha en esa fecha el año pasado.

Juan José Gutiérrez, coordinador del Movimiento Latino USA, expresó que el arresto y deportación de Elvira Arellano “lanza a los trabajadores indocumentados el mensaje de que ellos serán tratados como esclavos que huyen” y además de la marcha del 12 de septiembre, convocó a otra protesta en Los Ángeles para el 12 de octubre.

Por otra parte, las organizaciones buscarán apoyar el Nuevo Movimiento Santuario para evitar que las familias sean separadas.

“Esto no detendrá el movimiento santuario”, expresó Walter Coleman, pastor de la Iglesia Metodista Unida de Chicago, donde Arellano estuvo alojada durante un año antes de viajar a California.

“El movimiento es basado en la fe y no en el miedo. No es lugar para esconderse. Es un lugar para proteger testigos de que este país está destruyendo familias” aseguró.

“En las semanas siguientes se verá si es verdad que volvemos a trabajar unidos. Es irónico ver como la separación (de Arellano de su hijo Saúl) nos está volviendo a unir”, comentó el activista que no quiso ser identificado. VN

Share