CUANDO EL SACERDOTE ES UNA ESPERANZA PARA LOS ENFERMOS

El padre Christopher Ponnet pastorea el Centro de San Camilo de Lelis para atender a los pacientes de los hospitales de USC del Condado de Los Ángeles

El dicho de “hablar con el corazón en la mano” para indicar que uno dice la pura verdad, puede aplicarse “con verdad” al padre Chris Ponnet, capellán él mismo y coordinador de capellanes de los hospitales de USC-Condado de Los Ángeles. Hace unos años, cuenta a VIDA NUEVA, tuvo una operación “a corazón abierto” y la experiencia lo hizo más sensible a los pacientes que ahora son sus “feligreses”.

“Nací en Alhambra, California, en 1957, pero crecí en Temple City, y la escolarización y crecimiento espiritual tuvieron lugar en la escuela y Parroquia de San Lucas (Saint Luke) de esa ciudad”, cuenta el sacerdote.

El Padre Chris, como es conocido, es el menor de una familia numerosa -cuatro hermanos y cuatro hermanas, de ellos varios gemelos- formada por Frank Ponnet y Mary Breen, profundamente católicos. Su padre incluso fue ministro seglar en la Parroquia de la Sagrada Familia de South Pasadena.

VOCACIÓN

La familia ya contaba con una tía religiosa dominica por lo que la consagración a Dios no era una nueva idea en su familia, y recuerda: “Fue hacia el tercer grado de primaria cuando empecé a sentir la vocación, la llamada de Dios por inspiración de la Hermana María de la Cruz, religiosa de la congregación del Inmaculado Corazón de María (IHM), pero, más tarde, mi inspirador, modelo y mentor fue el padre John Birch, párroco de San Lucas”, explica.

Es más, su hermano Frank también estuvo varios años en el seminario, aunque no llegó a ordenarse.

En todo momento contó con el apoyo entusiasta de la mamá, hermanos y familia -el padre falleció de un ataque de corazón cuando el niño tenía cuatro años. “Sabían que yo era feliz y por eso aprobaron mi decisión en todo momento. Mi madre, que Dios la tenga en la gloria, tuvo la satisfacción y el consuelo de asistir a mi ordenación sacerdotal y primera misa en 1983”.

En la conversación con VD, el padre repite varias veces que se siente “plenamente feliz con el camino emprendido. El sacerdocio es una gracia y una vida plena. No lo cambiaría por nada del mundo. El día a día es siempre distinto como son distintos los enfermos del hospital”.

ESTUDIOS Y DESTINOS

Estudió la enseñanza primaria en la escuela de San Lucas y la secundaria en la Escuela Secundaria (HS)¬-seminario menor en San Fernando y de allí pasó al Colegio de San Juan de Camarillo para los estudios filosóficos y teológicos. En 1983 fue ordenado sacerdote por el cardenal Timothy Manning y, a partir de esa fecha, el padre Ponnet sirvió como pastor asociado en la parroquia de Nuestra Señora del Valle, de Canoga Park, donde desarrolló una labor que iba a marcar su apostolado hasta la fecha.

Preguntado cuál era su labor sacerdotal en Canoga Park, responde: “El ministerio parroquial normal, la juventud, clases de preparación para los estudiantes del catolicismo en vista de la conversión (RCIA) y la justicia social”.

De Canoga pasó a Pomona -Iglesia del Sagrado Corazón- y más tarde a la Parroquia de la Asunción, de Claremont. En ambas también como pastor asociado, pero su ministerio ya estaba trazado: juventud, RCIA, justicia social. Por ese tiempo, sin embargo, agregó otras facetas a su ministerio: “La lucha por la justicia y la paz, local y nacionalmente, y la oposición a la pena de muerte”.

En 1989, cuenta, visitó El Salvador después de los asesinatos de seis jesuitas de la Universidad Centroamericana, de la cocinera y de su hija, por los militares salvadoreños. “Como resultado de la visita, me hice vegetariano en solidaridad con los sufrientes salvadoreños que apenas tenían algo que llevarse a la boca. Hasta la fecha he mantenido esa dieta”.

De regreso, se intensificó su compromiso con la paz y la lucha contra la guerra: “He sido arrestado al menos 30 veces por protestar contra las guerras en Centroamérica y en Irak”, cuenta orgulloso.

CAMBIO DE RUMBO

En 1995 cambió el rumbo de su vida ministerial: fue nombrado pastor del Centro de San Camilo de Lelis para el Cuidado Pastoral de los enfermos. El Centro acaba de cumplir en el mes de agosto los primeros 60 años de vida y explica que “está ubicado frente a la sala de emergencia del hospital de Lincoln Heights por lo que resulta fácil acudir de inmediato al servicio de algún enfermo que lo requiera”.

Con el tiempo, al padre Ponnet se le acumularon los cargos: capellán del hospital Condado-USC; coordinador de los capellanes católicos (diez), y de los capellanes de diversas confesiones de modo que los enfermos tengan acceso a la asistencia espiritual de su confesión las veinticuatro horas del día de todos los días.

El padre Ponnet es, además, director de la oficina arquidiocesana para el cuidado espiritual de los afectados por el virus del sida (VIH, sida); coordinador del grupo Justicia y Paz de la Arquidiócesis; enlace de la oficina católica para el ministerio de los homosexuales y lesbianas -establecida hace años por el Arzobispo Rogelio Mahony y confirmada por el actual José H. Gomez. “[Los homosexuales y lesbianas] tienen derecho como cualquier católico al servicio pastoral y espiritual de la Iglesia, y a los Sacramentos”, afirma.

CON EL CORAZÓN EN LA MANO

El padre revela que hace unos veinte años tuvo una crisis cardiaca que le obligó a someterse a una operación a corazón abierto y desde entonces ha tenido algunos problemas y ha debido dosificar sus esfuerzos físicos. “La experiencia -dice- me ha hecho apreciar aún más el trabajo con los enfermos. Me ha hecho más sensible a las pruebas que sufren los enfermos y esto, a la vez, los ha hecho a ellos más receptivos a mi persona y trabajo porque saben que yo mismo he pasado por las mismas circunstancias u otras parecidas”.

A diferencia de una parroquia normal, sus “feligreses” no se cuentan por el número de familias inscritas en el censo parroquial o por los “sobres” de la colecta repartidos entre sus miembros, ni por el número de cuadras de la ciudad que abarca su parroquia. En su caso, los feligreses se cuentan por el número de pacientes ingresados en los hospitales.

“Son mil pacientes cada día, no siempre los mismos. De ellos, el 70 por ciento son católicos y el 80 por ciento de los católicos son latinos”, dice para indicar que los capellanes están ocupados constantemente y está orgulloso del trabajo que desempeña en el Centro de San Camilo de Lelis para el Cuidado Pastoral desde 1954. El padre Ponnet es su pastor bilingüe.

El italiano San Camilo de Lelis (1550-1614) es el Santo Patrono de enfermos y enfermeros, médicos, hospitales y personal sanitario católicos del todo el mundo. Fundó una orden religiosa (Hermanos Ministros de los Enfermos, conocidos popularmente como los Padres Camilos o Camilianos), dedicada al cuidado de los enfermos e impuso a sus miembros un cuarto voto, además de los generales de pobreza, castidad y obediencia. Por el cuarto voto, los Camilos se comprometen “a servir a los enfermos, incluso poniendo en peligro la propia vida”.

Siguiendo ese voto impuesto a sus seguidores por San Camilo, “nuestra misión [del Centro de USC] es acompañar a las personas que sufren con un cuidado completo y esperanzador”, dice su página de internet.

CONFESIÓN Y CONSEJOS

Para terminar la entrevista, el padre Chris Ponnet se confiesa, una vez más, feliz con su vocación y ministerio. “Mi vida como sacerdote me llena completamente y estoy agradecido y me siento impulsado a trabajar por las personas, por el pueblo, por la justicia, más cada día”.

“La vida del sacerdote no es aburrida en ningún sentido. En el hospital se vive para los demás”, afirma.

A los jóvenes que sientan la llamada del Señor para el servicio sacerdotal o religioso, el padre les da un consejo: “Escuchen su voz, a su corazón y, como joven, pónganse en un lugar de servicio, por ejemplo la parroquia, escuela u otras organizaciones. Los grupos juveniles sirven de inspiración y afirmación de la vocación al servicio consagrado”.

A los jóvenes en general les recuerda: “Hay muchos grupos de muchachos y muchachas que ofrecen muchas ocasiones de servicio; escuchen el llamamiento de los Papas, especialmente del actual, al servicio, a ser creativos en sus parroquias”.

Por su parte, en las misas que celebra en la cárcel juvenil (Juveniles Hall) el padre les transmite el amor de Dios: “Dios está siempre presente y los espera como a hijos suyos que son, no pierdan nunca la esperanza”. VN

PREGUNTITAS

¿QUÉ COMIDA LE GUSTA? – “Como soy vegetariano desde hace 25 años, como ensaladas, mantequilla de cacahuate (maní), sopes, pastas”.

¿COCINA?- “Poco, la cocina básica, tortilla francesa (omelet), pan, hago buenas quesadillas”.
¿PRACTICA ALGÚN DEPORTE?- “Solía correr. Ahora, por los problemas de corazón, camino”.

¿QUÉ LIBROS LEE? -“Mi diversión es la genealogía de mi familia, aquí y en los países de origen de la familia -Bélgica, Irlanda-; libros de historia de Los Ángeles, de Bélgica, de Ética Médica”.

¿TIENE DÍAS LIBRES, QUÉ HACE ENTONCES? “Visito a mi familia, tengo más de 25 sobrinos en la zona, estudio genealogía sobre todo en la biblioteca de Burbank, de vez en cuando voy a Disneylandia con algún amigo”.

¿QUÉ PAÍSES HA VISITADO O LE GUSTARÍA VISITAR?- “He estado en El Salvador, Italia, Bélgica, Irlanda, México. Me gustaría regresar a El Salvador y visitar el Perú porque tengo parientes peruanos”.

¿CÓMO LE GUSTARÍA SER RECORDADO?- “Fue fiel al Evangelio”, responde sin la menor duda.

PADRE CHRISTOPHER PONNET
Saint Camillus Center for Pastoral Care
1911 Zonal Avenue
Los Ángeles, CA 90033
(323) 225-4461

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