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CONSIDERAN “RIDÍCULO” QUE SE NIEGUEN LICENCIAS DE MATRIMONIO A INDOCUMENTADOS

Varias asociaciones de inmigrantes consideran “ridículo” e “inapropiado” que se nieguen cada vez más licencias de matrimonio a inmigrantes indocumentados por carecer de número de seguridad social, requisito que además no implica necesariamente la legalidad de su estatus migratorio.

“EE.UU. contempla que casarse es un derecho constitucional, lo cual implica que el Gobierno sólo puede interferir ante el mismo en las condiciones más extremas y el estatus migratorio de la persona no es una razón justificada para ello”, explicó a Efe Omar Jadwat, abogado en Nueva York de la Asociación Americana de los Derechos Civiles (ACLU).

Disponer de un número de seguridad social no es obligatorio para todas las personas que residen en los Estados Unidos de manera legal.

Por ejemplo, los estudiantes no lo necesitan. Sin embargo, su estatus migratorio es absolutamente legal.

Del mismo modo, es posible obtener dicho número cuando se trabaja temporalmente en el país de manera que en muchas ocasiones, aunque se haya abandonado definitivamente EE.UU., aún se dispone de dicho número identificativo.

“Creemos que es ridículo interferir en el derecho de cualquier persona a casarse” dijo a Efe Michele Waslin, directora de investigación en materia de política migratoria del Consejo Nacional de La Raza (NCLR).

“Aunque dicho número pudiera probar tu estatus migratorio, seguiría sin ser una razón suficiente para impedir una licencia de matrimonio”, añadió por su parte Jadwat.

“Es una práctica totalmente inapropiada y esperamos que deje de hacerse”, opinó.

Las leyes que exigen la presentación del número de seguridad social para trámites tales como sacarse el permiso de conducir o pedir una licencia de matrimonio varían de estado a estado.

Sin embargo, la legislación federal que exige el número de Seguro Social para obtener una licencia de matrimonio en Estados Unidos lleva vigente cerca de una década.

Su objetivo inicial fue el de facilitar el registro de las pensiones alimenticias en caso de disolución del matrimonio. Sin embargo, en la práctica cada vez se ha usado más como método de identificación de inmigrantes que residen ilegalmente en el país.

“Creo que el hecho de querer casarse no debería tener nada que ver con los papeles, el servicio de inmigración tiene que controlar los flujos migratorios, no los matrimonios, son cosas diferentes que no deben mezclarse”, dijo a Efe Mary Katherine Roper, abogada de ACLU en Pensilvania.

Además, la misma ley federal se interpreta de manera muy diferente en los diferentes estados, lo cual permite un importante margen de maniobra a las parejas que desean casarse y que deciden viajar a estados en donde la regulación se cumple de una manera más permisiva.

“Algunas agencias gubernamentales consideran fundamental el hecho de mostrar el número de la seguridad social para casarse. Otras simplemente preguntan a los contrayentes si lo tienen, pero no exigen su presentación”, explicó Waslin.

Además en algunos sitios, y en caso de no disponer del número de seguridad social, las leyes estatales aceptan en su lugar el certificado de nacimiento traducido al inglés y un documento de identidad con fotografía.

Estas organizaciones coinciden en que la negación de estas licencias matrimoniales no es más que un “indicador de lo mal que se ha puesto la situación para los inmigrantes en el país”, especialmente después del bloqueo por segunda vez de la reforma migratoria en el Senado.

“Es una política extremista, inhumana y sin base legal cuyo único objetivo es el de generar temor”, opinó Ángela Sanbrano, presidenta de la Alianza Nacional de Comunidades Caribeñas y Latinoamericanas (NALACC). VN

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