Como cada año durante esta fecha, este 2013 la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, ubicada en el centro angelino, también se convirtió en escenario de la celebración de la Semana Santa con diversas actividades religiosas y espirituales. El principal celebrante fue el Arzobispo José H. Gomez, máxima autoridad de la Arquidiócesis angelina.
El Domingo de Ramos marca la actitud de servicio de Nuestro Señor, que proclama su mensaje y es perseguido y muere para liberarnos del pecado. Pide nuestra alabanza personal, nuestro acompañamiento también, por su humildad y amor entregado. Por eso, el pasado 24 de marzo a las 10 de la mañana, el Arzobispo Gomez celebró la Misa del Domingo de Palma en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. La Misa comenzó afuera de la Plaza con la bendición de los ramos de palma, que luego los feligreses cargaron hacia el interior del recinto.
Con la hora intermedia del Jueves Santo termina la Cuaresma y comienza el Triduo Pascual que nos conducirá hasta la Vigilia Pascual. Celebramos que Jesús pasa de este mundo al Padre habiendo amado a los suyos hasta el extremo. En celebración de esto, el Arzobispo José H. Gomez ofreció en la Catedral, la Misa de la Cena del Señor, el jueves 28 de marzo a las 7:00 pm., conmemorando la Última Cena de Jesucristo con sus Apóstoles la noche antes de ser crucificado. En la Última Cena, Jesús instituyó la Eucaristía (el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo), así como el sacerdocio. Asimismo, durante la Misa, el Arzobispo Gomez le lavó los pies a 12 personas, siguiendo el ejemplo de Cristo de lavarle los pies a sus Apóstoles.
El Viernes Santo, con la narración de la Pasión, volvemos a la idea de Jesús que sufre la muerte para salvarnos del pecado. Aunque el ayuno y abstinencia de estas fechas es propio de este día, también se recomienda el Sábado Santo para vivir más intensamente la permanencia de la Iglesia junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte.
El Viernes Santo al mediodía, el Arzobispo Gomez celebró la Liturgia de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
En tanto que el Sábado de Gloria, el Arzobispo bendijo a los animales en la Calle Olvera a las 2 de la tarde. Esta tradición recuerda que toda la creación espera la Resurrección de Jesucristo el Domingo de Pascua. El Arzobispo bendijo a los animales y a sus “seres humanos” que pasaron ante él en procesión. En tanto que en la Catedral, a las 8 de la noche se realizó la Misa de la Vigilia de Pascua, que conmemora la Resurrección de Cristo de entre los muertos, y que comenzó afuera, en la Plaza, con la bendición del Hogar del Fuego de Pascua. La vigilia consistió en un servicio breve de velas encendidas, un servicio de la Palabra, y el bautismo solemne de nuevos católicos.
Esta Vigilia es figura de la Pascua auténtica de Cristo que celebramos el día siguiente: el Domingo de Pascua, la solemnidad de las solemnidades.
El Arzobispo José H. Gomez celebró la Misa del Domingo de Pascua, la Misa de Resurrección de Nuestro Señor, el 31 de marzo a las 10 de la mañana en la Catedral. La Misa fue en inglés. Durante ésta, y después que todos los fieles renovaron sus promesas bautismales, el Arzobispo los bendijo con agua bendita de Pascua como un recordatorio de que, en Cristo y a través de Cristo, han muerto y nacido de nuevo a través de las aguas del Bautismo. VN