vida nueva

CATORCE NUEVOS DIÁCONOS PARA LA ARQUIDIÓCESIS DE LOS ÁNGELES

En un rito lleno de simbolismo y emoción, 14 hombres fueron ordenados al diaconado permanente por el Arzobispo José H. Gomez, el 11 de junio en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, culminando así un proceso de formación de cinco años que incluyó la participación de sus esposas, así como muchas oraciones y desafíos.

Al comienzo de la liturgia, los 14 diáconos, con sus parejas, entraron en procesión por el pasillo de la Catedral, y después del Evangelio fueron llamados adelante al Santuario, donde permanecieron alrededor del altar, de cara a la asamblea, la que aplaudía en reconocimiento.

Los nuevos ordenados son los Diáconos Chris Amantea, de Mártires Americanos (Manhattan Beach); Wilfredo Arban, Santo Domingo Savio (Bellflower); Francisco Brenes, San Finbar (Burbank); Andrew Taejun Cho, San Cristóbal (West Covina); Shane Cuda, San José (Long Beach); Jesús Fernández, Santa Rosa (San Fernando); Rogelio García, Santo Tomás Moro (Alhambra); José Guadamuz, Santo Nombre de María (San Dimas); John Hull, Santa Rita (Sierra Madre), Carlos Ortega, San Basilio (Los Ángeles); Rogelio Ramírez, Santa Elena (South Gate); Alberto Reyes, Santa Rosa de Lima (Maywood); Guillermo Rodríguez, San Pascual Baylón (Thousand Oaks); y Richard Williams, Mártires Americanos (Manhattan Beach).

En su homilía el Arzobispo Gomez habló de los primeros diáconos y cómo los apóstoles “oraban e imponían las manos”. Los nuevos diáconos –continuó el Arzobispo- son “siervos de Dios” cuyo ministerio es un “servicio de amor”.

Después de la homilía, los candidatos declararon sus promesas diciendo “Yo prometo”, como un signo de obediencia al Arzobispo. Después siguió la Letanía de los Santos, la imposición de las manos y la oración de ordenación.

Finalmente, los nuevos diáconos permanecieron alrededor del altar, mientras sus esposas y pastores los vestían con el símbolo de su ordenación, la estola cruzada del hombro al lado opuesto de su cuerpo, y fueron vestidos en sus ropas dalmáticas. Sobre cada nuevo diácono se hizo una oración antes de recibir un libro de los Evangelios y el signo de la paz del Arzobispo Gomez.

Dentro de tantos momentos conmovedores, hubo uno particularmente emotivo cerca del final de la Misa, cuando cada una de las 14 esposas de los diáconos fue llamada al Santuario para recibir su certificado de haber completado el programa del diaconado.

A ellas se les unió Michelle Bradshaw, quien con su esposo Bill terminó cuatro de los cinco años del proceso de formación, cuando inesperadamente se enfermó y falleció. Los esposos Bradshaw estuvieron casados 41 años y el sueño de Bill, tal como Michelle puede recordar, fue ser un diácono.

Después de la muerte de Bill, Michelle tomó la decisión de terminar el programa y continuar en sus dos ministerios. Así, el pasado sábado en la catedral, Michelle permaneció con las esposas de los diáconos en el lugar de sus esposos alrededor del altar.

El Arzobispo Gómez felicitó a cada una de las esposas individualmente, y abrazó a Michelle cuando le dio su certificado.

Después de la liturgia, Michelle comentó sobre el amor de Bill por la Iglesia, lo bien que él trataba a otros y cómo la clase del diaconado 2011 ha continuado incluyéndola a ella en su grupo. Y ella fue mencionada especialmente en el comentario del Arzobispo. “Ahora que Bill es un santo”, le dijo a ella, “él ha levantado el nivel (espiritual) para todos nosotros”.

Después de la liturgia, los diáconos recién ordenados y sus esposas, salieron en procesión a la plaza de la Catedral, donde dieron sus primeras bendiciones a los hermanos parroquianos, familiares y amigos.

Ese fue un día muy emotivo para muchos. Cuando Dennis Cuda se acercó a su hijo, el recién ordenado Diácono Shane Cuda, no encontraban palabras ni para el padre ni para el hijo. Una bendición bañada en lágrimas siguió a un largo abrazo.

De la misma manera, Maryann Williams, madre del Diácono Richard Williams, no encontraba palabras para describir lo que era este momento para ella. Viajó desde Evanston, Illinois, para la ordenación. Miraba a su hijo sin palabras, y no eran en ese momento necesarias. VN

Salir de la versión móvil