BUSCAN MEJORAR CALIDAD DE LOS CHILES CULTIVADOS EN SUR DE ARIZONA

Un programa de la Universidad de Arizona (UA) busca incrementar la cantidad y calidad de los chiles que se cultivan en el sur del estado de Arizona.

“Nuestro objetivo es mejorar la cosecha utilizando los recursos que tenemos y aprovechándolos al máximo, particularmente el agua”, dijo Jeff Silvertooth, agrónomo de la UA y quien desde hace cinco años trabaja en este programa.

El método conocido por sus siglas en ingles como ICM (“Integrated Crop Management Program”), está basado en un sistema que Silvertooth ayudó a desarrollar hace unos 20 años y que sirvió para vigilar y predecir las distintas etapas de crecimiento y productividad de las plantas de algodón.

El mismo se convirtió en la base para el cultivo de algodón de muchos agricultores en Arizona y en el área desértica del suroeste de EE.UU, de acuerdo con Silvertooth, quien también es director del Departamento de Tierra, Agua y Ciencias del Medioambiente en el Colegio de Agricultura y Vida de Ciencias de la UA.

Y ahora está siendo utilizado para la cosecha de los chiles en estados como Arizona y Nuevo México.

“Analizamos cada etapa del crecimiento de la planta, desde que se siembra, salen las primeras hojas, cuando alcanza su mayor crecimiento, florece y cuando comienza a crecer el producto”, explicó el agrónomo.

Durante cada etapa se lleva un récord específico de cuántos nutrientes y cuánta agua utilizó la planta.

Arizona y el resto del sur de los Estados Unidos enfrentan una de sus peores sequías, por lo que investigaciones como la de Silvertooth son esenciales para el mayor aprovechamiento del vital líquido en la agricultura.

En Arizona los chiles jalapeños crecen en el desierto, a unos 1.000 pies, mientras que los chiles rojos y verdes crecen comúnmente en una elevación de 3.500 a 4.500 pies, precisamente en una región donde se encuentra la granja de Ed Curry, cerca de la población fronteriza de Pearce.

La granja de Curry ha servido de base a las investigaciones hechas por Silvertooth y otros científicos de la Universidad del Estado de Nuevo México y de la Universidad de Texas.

“La dinámica natural de la planta de chile es muy difícil de predecir, es muy sensible al medioambiente y los cambios”, aseguró el científico.

Agregó que las plantas de chiles retienen o abortan su fruto en respuesta a cambios en las condiciones de crecimiento y los nutrientes a su alrededor.

Además de vigilar el crecimiento de la planta, el sistema también se enfoca en la mejor forma de combatir las pestes que afectan a la cosecha, así como las características genéticas de los chiles, particularmente las peculiaridades que heredan y exhiben las diferentes especies como son el sabor y el nivel de picante.

El investigador indicó que a medida que ha crecido la población hispana en los Estados Unidos, también ha crecido la demanda por los chiles, como son el jalapeño y el seco, comúnmente utilizados para platillos tradicionales mexicanos como los tamales.

“Hay comidas y platillos donde se utiliza el picante que están siendo adoptados en este país”, dijo el agrónomo.

Silvertooth sostuvo que al mejorar la cosecha de chiles en los Estados Unidos se aumenta su competitividad frente a otros países.

En 2004, la cosecha de chiles en las granjas de Arizona ascendió a más de 9.7 millones de dólares.

El investigador actualmente trabaja en una base de datos con la producción de chile y la información de agua y nutrientes en cuatro lugares en Arizona, así como una granja más en Nuevo México. VN

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