
AYUNANDO POR LA JUSTICIA.- La legislación federal podría separar familias de inmigrantes y criminalizar a los que ayudan a los inmigrantes en necesidad
Parroquias locales han comenzado un mes de ayuno y oración por una reforma de inmigración comprensiva y para oponerse a la severa legislación que criminalizaría a los inmigrantes indocumentados y a quienes les ayudan.
Varios cientos de niños de escuela, padres, sacerdotes, religiosos, ministros laicos, organizadores comunitarios y el obispo auxiliar de la región de San Gabriel, Gabino Zavala, se reunieron en la iglesia de la Misión Dolores, en Boyle Heights, el 1 de febrero para anunciar el ayuno comunitario.
“Estamos llamando e invitando a nuestra comunidad a iniciar un mes de ayuno y oración”, dijo el obispo Zavala, con la esperanza de persuadir a los senadores a oponerse a la HR 4437, una propuesta de ley que haría de la presencia ilegal en EE.UU un crimen, en vez de una ofensa civil como es ahora. Se estima que unos 11 millones de inmigrantes están indocumentados.
La propuesta de ley también criminalizaría las acciones de los doctores, maestros, trabajadores sociales y ministros que ayudasen a inmigrantes indocumentados en agencias sociales católicas, hospitales, escuelas y parroquias. Muchos podrían enfrentar cargos criminales por delito grave y multa, incluyendo confiscación de bienes y cárcel de 3 a 20 años. La Casa de Representantes pasó la legislación en diciembre, y se espera que el Senado discuta este asunto este mes.
Los pastores y ministros de la Misión Dolores podrían enfrentar cargos criminales si continúan proporcionando albergue, comida y medicinas a los inmigrantes desamparados, como lo han venido haciendo desde hace 17 años.
Y los niños que asisten a las escuelas parroquiales, podrían enfrentar una dolorosa separación de sus padres que estén indocumentados, y podrían enfrentar deportación, a pesar de que sus hijos hayan nacido en los Estados Unidos.
Jessica Castillo, de 12 años de edad, estudiante del séptimo grado de la escuela Misión Dolores, dijo que tiene miedo de ser separada de su madre. Ella y su hermano nacieron en los EE.UU, pero su madre, una niñera de México, no ha podido legalizar su situación en 15 años, porque ella no tiene familiares adultos inmediatos que pudieran patrocinarla.
“Mi mamá significa todo para nosotros y pienso que sería injusto que esta ley nos separara”, dijo Jessica. “Yo no puedo imaginarme estar lejos de ella, especialmente sin su protección y amor”.
La madre de Jessica, María Gómez, dijo al Tidings que ella quiere permanecer en EE.UU para el bienestar y la educación de sus hijos. “¿Por qué no dar a los inmigrantes una oportunidad para progresar aquí y ayudar al país aquí?”, preguntó la señora Gómez en español. “Nosotros venimos a trabajar y a mejorar nuestras vidas”.
De acuerdo con el Pew Hispanic Center, un centro de investigación no partidista, de Washington, D.C., uno de cada siete inmigrantes indocumentados es un menor. Y de cada cuatro niños nacidos en EE.UU, dos tienen por lo menos un padre o una madre indocumentados.
Quienes se oponen a la HR 4437 –Acta de Protección de la Frontera, Anti-Terrorismo y Control de Inmigración Ilegal de 2005, patrocinada por el Rep. F. James Sensenbrenner Jr. (Republicano de Wisconsin) – dicen que no tiene sentido criminalizar a las familias que trabajan y a quienes les ayudan.
“Esta propuesta de ley dice de muchas maneras, que cualquier inmigrante indocumentado que está aquí, es un terrorista, y yo creo que eso no es verdad”, dijo el obispo Zavala. “Yo me comprometo a ayunar y orar este mes como testimonio de mi oposición a la propuesta de ley de Sensenbrenner, que tendría un efecto extremadamente punitivo y dañino en nuestra comunidad, y a abogar por una reforma de inmigración comprensiva, que reconozca y valorice la dignidad dada por Dios y los derechos de cada persona humana”.
AYUNO ESPIRITUAL
Al honrar esta semana en el país el legado de un cambio social no-violento de Coretta Scott King, familias de inmigrantes y sus aliados dijeron que ellos están preparados para continuar el ayuno espiritual y la oración para lograr una reforma migratoria humana.
Cerca de 1,000 feligreses de unas 2,500 parroquias han firmado para la cadena de ayuno en la cual han acordado reducir la cantidad de comida un día a la semana durante el mes de febrero. Las reuniones de personal ya no incluyen comida.
“Hay poder en el ayuno”, dijo al Tidings el sacerdote jesuita Mike Kennedy, pastor de la Misión Dolores. “Esto te conecta profundamente con Dios y con el motivo por el que estás ayunando. Hace consciente de que la gente quiere sentir en su cuerpo este asunto durante todo el día”.
Algunos parroquianos dijeron que su compromiso de ayudar a las familias inmigrantes en necesidad tiene raíces bíblicas, particularmente Exodo 23, 9: “No oprimas al forastero. Ustedes saben lo que es ser forastero, porque ustedes fueron forasteros en la tierra de Egipto”.
Ya que Misión Dolores pronto fue televisada, la parroquia ha estado recibiendo correos electrónicos de otros en todo el país, expresando su deseo de unirse, junto con dos iglesias episcopales. Los capellanes católicos de las prisiones de la Arquidiócesis de Los Angeles han acordado ayunar. Otras parroquias de la región de San Gabriel han respondido a la invitación del obispo Zavala para orar y ayunar por la justicia para los inmigrantes, incluyendo la iglesia de Santa Martha en Valinda, y la iglesia de San Esteban, en Monterey Park.
Ya que la discusión de la reforma de inmigración con frecuencia engrendra controversia y argumentos adversos dentro de las comunidades, el Padre Kennedy dijo que espera que las parroquias estén en una posición unificada para crear espacios seguros para la oración, el diálogo y la educación, en una atmósfera de respeto para todos los involucrados.
Quienes defienden la reforma de inmigración señalan la necesidad creciente de una legislación que revise un mosaico de leyes de inmigración complejas y confusas. Ellos abogan por una seguridad balanceada de la frontera con caminos humanos legales para los trabajadores inmigrantes y sus familias.
La reforma también debería incluir prioridades de reunificación para las familias que han sido separadas o que enfrentan separación debida a situaciones migratorias variadas. Un programa de trabajo legal proporcionaría oportunidades para que inmigrantes entraran a Estados Unidos como trabajadores, y protecciones de trabajo protegerían a los inmigrantes de abuso, explotación, discriminación así como sus derechos humanos básicos.
En enero, el cardenal Rogelio Mahony llamó a un amplio esfuerzo arquidiocesano para oponerse a la HR 4437. Nacionalmente, los obispos de EE.UU han lanzado una campaña de educación y defensa a favor de una reforma migratoria comprensiva. VN
Para más información sobre la campaña nacional católica por una reforma migratoria, vea www.justiceforimmigrants.org
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