ASTRONAUTA DE ORIGEN COLOMBIANO CONFÍA EN QUE VERÁ MISIÓN TRIPULADA A MARTE
George Zamka, astronauta de madre colombiana, está convencido de que, en unos 30 años, habrá una misión tripulada a Marte y que, a pesar de las dificultades, la necesidad humana de explorar se mantiene intacta.
Zamka, cuyo padre es de origen polaco, habla un poco de español y a sus 47 años, recuerda con enorme cariño su experiencia en la NASA.
“El transbordador ha sido un vehículo maravilloso y las generaciones futuras verán este período como un gran aventura de la humanidad”, dijo Zamka a propósito del fin, en septiembre próximo, de la era de los transbordadores.
La agencia espacial estadounidense NASA tiene programadas tan sólo otras tres misiones del transbordador. Después de septiembre, retirará de servicio las tres naves que quedan de una flotilla que inició sus vuelos en 1981.
Nacieron como “Discovery”, “Endeavour”, “Atlantis”, “Challenger” y “Columbia”, éstos dos últimos de triste recuerdo tras las tragedias de 1986 y 2003 respectivamente.
Zamka, quien ahora dedica parte de su tiempo a disertaciones en escuelas y ante grupos comunitarios, forma parte de la historia de dos de ellos, ya que fue piloto del transbordador “Discovery” en una misión en octubre de 2007, y comandante del “Endeavour” en otra misión en febrero de 2010.
“La exploración es una necesidad humana y todos están apasionados por el espacio”, añadió antes de asegurar que en su opinión, “tendremos algún tipo de misión tripulada a Marte hacia 2030, aunque sea una demostración, sólo una pasada cerca del planeta”.
La era de los transbordadores que él ha vivido desde sus comienzos, ha supuesto, en su opinión, un “crecimiento tremendo de la presencia humana en el espacio”.
“Yo era un adolescente cuando estaban en construcción los primeros transbordadores, y he sido muy afortunado al ser parte de su historia”, asegura con orgullo.
“Hemos logrado que pueda sustentarse la vida humana por largos períodos en la Estación Espacial Internacional”, explicó. “Allí ahora se puede reciclar el agua y el aire, hay instalaciones para que los residentes hagan ejercicio. Y tenemos muchos satélites en torno de la Tierra que proporcionan comunicación”.
Zamka, que comenzó como piloto de la Infantería de Marina, tiene en su haber más de 3.500 horas de vuelo en más de 30 diferentes tipos de aviones y voló 66 misiones de combate durante la Primera Guerra del Golfo, en 1991.
Por eso asegura que “en el nivel de peligro hay similitudes entre las misiones de combate y el vuelo en un transbordador”.
“Pero en combate hay un enemigo allí, abajo, que le dispara a uno, se sabe cuál es el peligro. En el espacio uno está más preocupado por lo desconocido, por lo que pueda ocurrir allí que uno no sabe y no está preparado para encararlo”, reflexionó.
Lo que sí tiene claro es que “en ambas situaciones, uno se apoya en la instrucción, las técnicas, el entrenamiento para operar en momentos en que todo ocurre muy rápido”.
Zamka explicó a Efe que la Estación Espacial Internacional, un proyecto de 100.000 millones de dólares en el cual participan 16 naciones, está “virtualmente completa, aunque es necesario llevar algunos componentes”.
La estación, que orbita a unos 27.000 kilómetros por hora y a unos 400 kilómetros de la Tierra, tiene capacidad para sustentar la vida de seis humanos, y hasta que EEUU tenga un nuevo vehículo en sustitución de los transbordadores, el reabastecimiento de la EEI y el relevo de tripulaciones se hará con vehículos de otras naciones.
“En este período las naves rusas Soyuz son las únicas disponibles para el transporte de personas”, añadió. “Para el envío de suministros contamos con los vehículos rusos ‘Progres’, el europeo ATV y el japonés HTV”. VN
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