21 de noviembre de 2014.- Estamos en los últimos días del año litúrgico de la Iglesia. Este domingo marca su final, con la fiesta de Cristo Rey, y la semana siguiente empieza el nuevo año, con el primer domingo de Adviento.
Este año que viene va a ser un año especial. El Papa Francisco ha decretado que éste sea el Año de la Vida Consagrada. Abarcará desde el 30 de noviembre, primer domingo de Adviento, hasta la fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero de 2016.
Durante el próximo año, el Papa nos pide orar y reflexionar acerca del don de la vida consagrada en la Iglesia, y alentar a más hombres y mujeres a seguir este camino de discipulado que él llama “un camino especial… un camino profético”.
La Oficina Arquidiocesana de la Vicaria para Religiosas está coordinando nuestros esfuerzos y ha distribuido una oración especial así como sugerencias para que nuestras parroquias puedan participar en esta celebración.
Espero que se unan a mí para orar por esta importante iniciativa del Santo Padre.
Además, esta semana nos hemos enterado que el Papa Francisco va a venir a los Estados Unidos en 2015. Él asistirá al Encuentro Mundial de Familias que tendrá lugar en Filadelfia el próximo mes de septiembre, y parece que también dirigirá unas palabras en las Naciones Unidas y tal vez en el Congreso de los Estados Unidos.
Eso es una gran noticia. Démosle gracias a Dios y oremos para que la peregrinación del Papa Francisco sea un tiempo de gracia especial para nuestro país.
Esta semana también hemos celebrado la inauguración de una nueva estación de radio católica aquí en Los Ángeles: KHJ 930, de AM.
Hace ya mucho tiempo que contamos con la bendición de tener dos excelentes estaciones al servicio de los católicos de habla hispana en la Arquidiócesis de Los Ángeles: ESNE Radio Católica (1670 de AM) y Guadalupe Radio (87.7, en FM).
Me llena de gratitud saber que ahora tenemos una estación al servicio de los católicos que hablan inglés.
La amplitud de cobertura de KHJ se extiende por todo el territorio de 9 mil millas cuadradas de la arquidiócesis. Por eso, esta estación será una hermosa bendición para nuestra misión de la nueva evangelización.
Tenemos mucho que agradecer en vista de la próxima semana y de nuestra celebración nacional del Día de Acción de Gracias.
Esta hermosa tradición de nuestro país nos recuerda que somos un pueblo de Dios, nacido de su mano amorosa, creado a su imagen, para sus propósitos.
En esta temporada, tenemos que renovar nuestra gratitud a Dios por todos sus dones. Pero también tenemos que aprender a decir “gracias”, con amor, a las personas que tenemos en nuestras vidas.
La Eucaristía es el lugar privilegiado en el cual podemos dar gracias por las bendiciones de Dios, por nuestra familia y por las demás personas especiales en nuestras vidas.
Sabemos que la palabra “Eucaristía” proviene del vocablo griego eucharistia, que significa “acción de gracias”. Y como católicos, estamos llamados a ser un “pueblo eucarístico”, ¡un pueblo de acción de gracias!
La Eucaristía fundamenta nuestra adoración en la gratitud hacia Dios. Así que en ese espíritu, hemos de hacer un nuevo compromiso de renovar nuestro espíritu de acción de gracias y de orar por los que nos traen los buenos dones y bendiciones de Dios.
Tenemos que vivir con la gozosa conciencia de que todo lo que tenemos es un don de la gracia de nuestro buen Dios.
Y sabemos que los dones de Dios no nos fueron dados para que los usemos de forma egoísta. Siempre debemos darle gracias a Dios por sus dones, pero también debemos “retribuírselos” a Él. Nuestra gratitud debe ser generosa. Los dones que hemos recibido, hemos de compartirlos con los demás.
Dios espera que usemos los dones que nos ha dado para colaborar con Él en la construcción de su Reino de amor y de verdad en nuestro mundo. Él quiere que nuestras vidas estén llenas de buenas obras, de actos de caridad. Él quiere que demos el buen fruto de un testimonio fuerte y constante de nuestra fe en la vida diaria —en nuestro hogar, nuestros lugares de trabajo, nuestras comunidades.
Como católicos, estamos llamados a ser personas eucarísticas, hombres y mujeres agradecidos, que ofrecen todo lo que hacen como un acto de acción de gracias. Hombres y mujeres que agradecen a Dios y lo glorifican por todas las obras maravillosas que Él hace en sus vidas.
Entonces, démosle gracias a Dios esta semana y comprometámonos a buscar nuevas maneras de “retribuirle” sus dones a Dios a través de nuestro servicio a los demás. Y, por favor, ¡sigamos rezando unos por otros! Les deseo a todas sus familias un día de Acción de Gracias lleno de bendiciones.
Pidámosle a nuestra Santísima Madre María que nos ayude a ser personas que aprecian sus bendiciones y que se sienten agradecidos por todos los dones de Dios. VN
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El Arzobispo Gomez es autor de “Anhelo de vivir: Respuestas claras relacionadas con el fin de la vida”.
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