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UNAVIDA LA Y 9 DÍAS POR LA VIDA

Por Monseñor JOSÉ H. GOMEZ, Arzobispo de Los Ángeles

16 de enero de 2015.- Estoy muy entusiasmado con la celebración de UnaVida LA este sábado.

Será un día que pasaremos entre familiares y amigos, celebrando la belleza y la dignidad de cada vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural.

Vendrán personas de todo el sur de California. Me acompañarán mis hermanos obispos de Los Ángeles, así como los obispos y representantes de nuestras diócesis vecinas de Fresno, San Bernardino, San Diego y Orange.

La jornada empezará con una oración y una corta procesión desde La Placita Olvera hasta Grand Park. Una vez ahí, se nos unirán líderes comunitarios y religiosos, celebridades, atletas y artistas, ¡todos reunidos para celebrar juntos la verdad dada por Dios de que toda vida es importante y preciosa!

Espero que cada uno de ustedes pueda celebrar conmigo.

UnaVida LA es parte de nuestra participación local a la invitación de los obispos de Estados Unidos a observar “9 Días por la Vida”, un tiempo de oración, penitencia y peregrinación para pedir el fin del aborto y la protección jurídica de los niños no nacidos. Además de UnaVida LA el 17 de enero, voy a celebrar nuestra misa anual de Réquiem por los No-Nacidos el 24 de enero en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.

Con estos eventos, estaremos recordando un día trágico en la historia de nuestra nación, el 22 de enero de 1973, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el aborto a través de su decisión en el caso de Roe vs. Wade.

Roe vs. Wade continúa dando forma a la conciencia americana y a la vida pública. En el plano político, desde los debates en las legislaturas estatales hasta las cuestiones federales acerca del seguro médico, nuestro país sigue dividido en las opiniones sobre si el aborto debe ser permitido y sobre qué límites se deben imponer a su práctica.

Para mí, el permiso para acabar con vidas inocentes hace estremecer los cimientos de nuestra sociedad porque ataca el núcleo de nuestra idea sobre los derechos humanos.

Los Estados Unidos fueron fundados sobre la gran verdad de que todos los hombres y mujeres son creados iguales, y que Dios le da a cada uno derechos básicos que nadie le puede negar o quitar.

Pero Roe vs. Wade puso esta hermosa verdad de cabeza.

Al conceder un derecho legal para que algunas personas terminen con las vidas de otras, la Corte Suprema declaró, en efecto, que los derechos humanos son otorgados por el gobierno y no por Dios. Eso le dio al gobierno la última palabra, no sólo en cuanto a la definición de lo que es correcto e incorrecto, sino también en la decisión de quién puede vivir y quién no.

Hay muchas injusticias en nuestra sociedad, pero la más fundamental es una que nuestra sociedad rara vez reconoce: la eliminación rutinaria de vidas humanas inocentes todos los días a través del aborto.

La injusticia del aborto incluye a los millones que han sido asesinados antes de que tuvieran la oportunidad de venir al mundo. Y, aún más, la aceptación del aborto también transmite a toda la sociedad el mensaje de que la vida humana es desechable y de que algunas vidas ni siquiera merecen ser protegidas. El aborto legalizado también ha confundido a nuestros líderes, haciéndolos pensar que pueden resolver los problemas de nuestra sociedad eliminando vidas o evitando que algunas puedan llegar al mundo.

Esto es lo que el Papa Francisco viene enfatizando. En una entrevista que fue publicada la semana pasada, él asoció al aborto, la eutanasia y el control de la natalidad a la “cultura del derroche” que nos lleva a valorar la vida humana según estándares materiales.

El Papa Francisco dijo: “Descartamos todo lo que no es útil, de acuerdo a esta lógica… ésta es la actitud que lleva a la gente a descartar a los bebés a través del aborto. Estoy escandalizado por las bajas tasas de natalidad aquí en Italia. Así es como perdemos nuestro vínculo con el futuro. La cultura del desperdicio también conduce a una eutanasia oculta de las personas de edad avanzada, que son abandonadas. … Tenemos que detener esto antes de que sea demasiado tarde”.

Varios Papas y santos, como la Beata Madre Teresa, han percibido desde hace mucho tiempo esta conexión entre el aborto y otras formas de violencia e injusticia en la sociedad.

Y como católicos estamos llamados a dar testimonio del Evangelio de la vida.

Eso significa que hemos de ponernos del lado de todos los que sufren en nuestra sociedad, empezando por aquellos que son más inocentes y vulnerables: los no nacidos y los ancianos. Tenemos que defenderlos contra toda agresión, incluyendo la falsa compasión que sugiere que estarían mejor muertos que vivos, rodeados de amor y de cuidados.

Así que espero que se unan a mí en la defensa de la vida este sábado en UnaVida LA.

Sigamos orando unos por otros esta semana, y oremos también por nuestro país.

Pidámosle a nuestra Santísima Madre María que ayude a nuestros prójimos a darse cuenta de que la vida es hermosa y que toda vida es valiosa. Y también, que el derecho a la vida es el fundamento de todos los demás derechos y la verdadera base de la justicia y de la paz en nuestra sociedad.

Para obtener información acerca de UnaVida LA, visite nuestro sitio web: onelifela.org

VN

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El nuevo libro del Arzobispo José H. Gomez, “Inmigración y el futuro de Estados Unidos de América”, está disponible en la tienda de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. (www.olacathedralgifts.com).

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