<!--:es-->UN MENSAJE PASTORAL A LOS CATÓLICOS HOMOSEXUALES EN LA ARQUIDIÓCESIS DE LOS ANGELES<!--:-->

UN MENSAJE PASTORAL A LOS CATÓLICOS HOMOSEXUALES EN LA ARQUIDIÓCESIS DE LOS ANGELES

Por el Cardenal Rogelio M. Mahony y los Obispos Auxiliares de la Arquidiócesis de Los Angeles

Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo:

Diciembre 2008

Como obispos de la Arquidiócesis de Los Angeles, estamos dirigiendo este mensaje en primer lugar a los miembros homosexuales de nuestra Iglesia. Dada la controversia generada por el paso de la Proposición 8, queremos asegurar de nuevo a cada uno de ustedes, que ustedes son miembros queridos de la Iglesia Católica, y que nosotros los valoramos como miembros iguales y activos del Cuerpo de Cristo. Al mismo tiempo, quisiéramos dirigir este mensaje a todos los miembros de la Iglesia Católica en la Arquidiócesis de Los Angeles, y a todos los hombres y mujeres en la comunidad más amplia.

El paso de la Proposición 8 en el estado de California, no disminuye de ninguna manera la importancia de ustedes, nuestros hermanos y hermanas homosexuales en la Iglesia. Tampoco disminuye su dignidad personal y su valor como miembros plenos del Cuerpo de Cristo. El apoyo de la Iglesia a la Proposición 8 fue nuestro esfuerzo en resistir una redefinición legal del matrimonio. Nuestro apoyo a la Proposición 8 fue en defensa de la antigua institución del matrimonio entendido como la relación para toda la vida entre un hombre y una mujer, ordenado para el bien de los esposos y para la procreación y educación de sus hijos.

Nosotros no estamos de acuerdo en la información contenida en la boleta electoral sobre la Proposición 8, que declaraba que el propósito de la iniciativa era “prohibir el matrimonio homosexual”. Desde el principio este no fue nuestro propósito.

Cuando la Organización de las Naciones Unidas fue establecida en 1948, proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que contiene unos 30 artículos para abarcar todos los derechos de los pueblos de la Tierra. El artículo 16 trata del matrimonio. En el contexto del tiempo en que fue escrito, es claro que el entendimiento básico de la familia, tal como estaba previsto por la Declaración de las Naciones Unidas, estaba fundado en el matrimonio entre un hombre y una mujer. La subsección 3 establece: “La familia es la unidad grupal natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado”. Este es el entendimiento universal del matrimonio y de la familia, que la Proposición 8 deseaba garantizar en California.

Tal entendimiento del matrimonio se encuentra por lo menos en tres principales tradiciones religiosas que han descrito el origen, el sentido y la intención del matrimonio en sus escritos sagrados. En las Escrituras hebreas encontramos referencia explícita al matrimonio entre un hombre y una mujer en 51 versículos localizados en 19 libros. Las Escrituras cristianas tienen 14 versículos tratando directamente del matrimonio en seis libros. El Corán musulmán registra 14 pasajes que tratan del matrimonio. Por lo tanto, nuestras comunidades de fe y sus escritos sagrados concuerdan con esta comprensión.

Nuestras comunidades de fe nunca han entendido este término para ser aplicado a otros tipos de relaciones entre personas.

Esos escritos y tradiciones sagradas, que abarcan miles de años, apoyan la verdad fundamental de que Dios creó la familia humana como masculina y femenina, enviándolos a ir adelante para dar fruto y multiplicarse. Este es el entendimiento del matrimonio que ha prevalecido a través de la historia humana, y ha sido promulgado en las leyes de los pueblos, naciones, razas y religiones en todas partes. Esta es la verdad que está en el corazón de la Proposición 8.

La Proposición 8 no fue elaborada con una preocupación por los derechos civiles, sino como un esfuerzo para resistir una redefinición de matrimonio. “Matrimonio” no es un concepto meramente religioso, sino fundamental para la experiencia humana que no puede ser redefinido legalmente.

La Iglesia Católica históricamente se ha opuesto a los intentos de negar o limitar el ejercicio de los derechos básicos que son conocidos mediante la ley natural y que son expuestos en las Sagradas Escrituras y en los documentos y declaraciones de los cuerpos de leyes mundiales. Nuestros esfuerzos en este país para apoyar derechos iguales para todos los ciudadanos, frecuentemente han creado relaciones adversas para nuestra Iglesia: nuestros esfuerzos a veces tardíos para prohibir la esclavitud; nuestra insistencia en oportunidades iguales de educación para todos los niños; nuestro firme apoyo a los derechos de los inmigrantes; nuestras luchas en favor de los niños aún no nacidos y a favor de aquéllos que están al final de la jornada de la vida, y muchos otros. En 1997 el Comité sobre el Matrimonio y la Familia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, publicó Always Our Children: A Pastoral Message to Parents of Homosexual Children and Suggestions for Pastoral Ministers (Siempre Nuestros Hijos: Un Mensaje Pastoral a los Padres de los Hijos Homosexuales y Sugerencias para Ministros Pastorales), urgiendo a la comunidad cristiana, y especialmente a los padres de homosexuales a ofrecerles comprensión y cuidado pastoral.

La Proposición 8 nunca tuvo la intención, directa o indirectamente, de reducir el valor y la importancia de las personas homosexuales o lesbianas. Su valor intrínseco como seres humanos y como hermanos y hermanas continúa sin cambio. Si alguna vez hemos pensado que la intención de esta proposición fue causarles daño a ustedes o a otros en el Estado de California, nosotros no la hubiéramos apoyado. Nosotros estamos personalmente agradecidos por el testimonio y el servicio de tantos homosexuales católicos tan dedicados y generosos. Nosotros les prometemos comprometernos en la protección de su dignidad.

Aquí en la Arquidiócesis de Los Angeles comenzamos nuestro acercamiento espiritual y pastoral a las personas homosexuales hace más de veinte años. Y fuimos ridiculizados por hacer esto. Comenzamos las diferentes Residencias Serra para las víctimas del VIH y el SIDA cuando el miedo y el entendimiento público de esta enfermedad causaban repulsión a muchos.

En la medida en que hemos venido aprendiendo de esas décadas pasadas, hay muchas agrupaciones de personas residiendo bajo un mismo techo en toda California. Algunas de esas agrupaciones son de parientes, en tanto que otras son de compañeros y amigos. Ahora hay diecisiete derechos para tales compañeros y amigos, específicamente incluidos en la estructura legal del Estado de California.

A nosotros nos entristece que algunas gentes que se opusieron a la Proposición 8 hayan empleado lenguaje ofensivo y acusatorio, e incluso acciones amenazantes, en contra de quienes votaron por la Proposición 8. Esto es muy desafortunado, ya que tales estrategias oscurecen el asunto básico del problema: la preservación de la relación ordenada entre hombre y mujer, creados por Dios.

Apoyar el matrimonio como siempre ha sido entendido, no nos disminuye a ninguno de nosotros. Nosotros damos la bienvenida al diálogo civilizado y reflexivo con ustedes, de manera que podamos profundizar nuestra comprensión de que todos nosotros apreciamos la vida creada de Dios, que todos compartimos de manera equitativa.

Nosotros estamos comprometidos a encontrar maneras de eliminar la discriminación en contra de las personas homosexuales, y de ayudar a garantizar los derechos básicos que pertenecen a cada uno de nosotros. VN

Cardenal Rogelio M. Mahony

Obispo Thomas Curry

Obispo Gerald Wilkerson

Obispo Edward Clark

Obispo Gabino Zavala

Obispo Alexander Salazar

Obispo Oscar Solis

VN

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