‘UN DÍA DE ALEGRÍA’ PARA NUEVOS SACERDOTES

‘UN DÍA DE ALEGRÍA’ PARA NUEVOS SACERDOTES

(PORTAD: Fotografía de Victor Alemán; Diseño de Osvaldo Cisternas).

La Arquidiócesis de Los Ángeles ordena a nueve hombres al servicio de Dios; este grupo ha sido el más numeroso de la última década

Por ALICIA MORANDI

En una soleada mañana de finales de primavera, en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, comenzó una nueva etapa en la vida de nueve hombres. El Arzobispo José H. Gomez, máxima autoridad de la Arquidiócesis angelina, ordenó al grupo más nutrido de sacerdotes en los últimos diez años. El año pasado fueron ocho.

Ellos comenzarán a realizar sus labores en las parroquias asignadas el 1 de julio de este año.

Familiares, amistades, pastores y compañeros seminaristas los acompañaron en una Misa especial de ordenación sacerdotal.

“Este es un día de alegría. Cada sacerdote es el rostro de Cristo y el corazón de Cristo”, pronunció el Arzobispo Gomez. “Nosotros amamos a Dios que se mostró ante nosotros con un rostro humano, y nos amó con un corazón humano. Esta es la responsabilidad y privilegio del sacerdote, mostrar el rostro de Jesús, y buscar a los perdidos con el corazón lleno de amor”.

Monseñor Gomez también agradeció a los padres y familiares por el apoyo a la vocación de estos hombres y de estar presentes en la ordenación. “Gracias por su generosidad… y por favor continúen orando por ellos, como nosotros también lo hacemos”.

Musicalizada con el coro de la Catedral angelina y el sonido del órgano, en la misa bilingüe se desarrollaron los rituales tradicionales de la ordenación, ricos en significado e historia, que incluyen la “postración”, en la cual quienes van a ser ordenados yacen boca abajo ante el altar, simbolizando su dependencia a Dios y a las oraciones de la comunidad Cristiana.

‘ME SOSTENÍA UN DIOS PROTECTOR Y AMOROSO’

Luis Espinoza, de 33 años, originario de Michoacán, México, se hallaba entre el grupo de religiosos que aguardaba su ordenación. Su vocación nació cuando era un adolescente y asistió a un retiro en Chatsworth, donde, según expresó, “el Dios a quien había orado y conocido en mi juventud, se volvía una experiencia de amor real”.

Él llegó a este país siendo un adolescente y enfrentó dificultades en la adaptación al nuevo lugar. “De alguna manera sabía que no estaba solo”, dijo. “Me sostenía un Dios protector y amoroso. Supe que no podía guardarme esto para mí mismo; sentí que tenía que compartirlo con otros. Fue cuando me di cuenta que serviría a Dios”.

La preparación en el seminario para ser sacerdote significa un gran compromiso. En el caso del nuevo Padre Espinoza, disfrutó especialmente de dos cosas, “la rica herencia intelectual y espiritual de nuestra tradición Católica de la cual pude participar gracias a grandes profesores”, comentó. “Y la formación pastoral que me llevó al Ministerio de la cárcel, a una clínica de reposo y a un hospital. Vi la fragilidad humana de otros y la mía, y fui capaz de mirar a Cristo vulnerable, el que camina con y entre su pueblo”. Agregó que está deseoso de poder celebrar misa, y “entrar al espacio donde todos nosotros venimos para ofrecer nuestras vidas a Dios, y encontrar su amor y misericordia”. Su consejo para hombres que están considerando realizar la carrera sacerdotal es que “sean valientes y tengan confianza [en Dios]. No dejen que el miedo dicte el camino que han de seguir en su vida”.

Otro de los sacerdotes ordenados, el Padre Gregorio Hidalgo, originario de España, quien fue profesor por 13 años, coincidió en que no hay que tener miedo al momento de elegir el sacerdocio, “sólo cree”, dijo. “Confía profundamente. Enamórate de Jesús. Disfruta el viaje personal. Pasa tiempo con Jesús”. Agregó que como sacerdote espera llevar la alegría del Evangelio a todos. “Ser un peregrino junto a la gente. Enamorarnos de Jesús juntos. Formar parte de sus vidas [la de los feligreses] como cuando celebramos los Sacramentos juntos”.

‘EL DÍA DE ORDENACIÓN ES EL FRUTO DE MUCHOS AÑOS DE ORACIÓN…’

La Misa de Ordenación es un acto sacramental en la que un hombre se convierte en un sacerdote y queda habilitado para servir en el nombre de Cristo y de la Iglesia. El rito esencial del Sacramento tiene lugar durante la Imposición de Manos y la Oración de Consagración, una antigua tradición de la Iglesia, que se menciona en la Biblia.

“El día de Ordenación es el fruto de muchos años de oración, formación, iluminación espiritual e intelectual y la gracia de Dios”, dijo el Padre Stephen Davoren, Director de la Oficina de Vocaciones de la Arquidiócesis. “Los hombres han llegado de todos los ámbitos de la vida y de varias historias, pero todos han escuchado el llamado de Dios para servir como sacerdotes. Como Director de Vocaciones puedo decir que el Señor llama a los hombres humildes y comunes a una vida extraordinaria de gracia y belleza”.

Al finalizar la Misa, los nuevos párrocos ofrecieron su primera bendición en la Plaza de la Catedral. Haciendo fila, entre los familiares se hallaban el diácono Ron Baker y su esposa Patti, esperando la bendición de su hijo Jeffrey, uno de los recién ordenados.

“Me siento tan bendecida de tener un esposo diácono y ahora a un hijo sacerdote”, expresó la madre. “Este es el momento más especial de nuestra vida, como lo fue nuestra boda y el nacimientos de nuestros hijos”. Al igual que ella, los demás allegados a los sacerdotes vivieron con indisimulada emoción una experiencia inolvidable.

Los hombres que ese día ingresaron al sacerdocio son: Jeffrey Baker, Joshua Diener, Luis Espinoza, Paolo García, Anthony Garcias, Gregorio Hidalgo, Matthew Murphy, Ethan Southard, y Albert van der Woerd. Todos ellos llevaron a cabo su formación teológica en el Seminario St. John’s en Camarillo, que incluyó completar un servicio de diáconos en transición y un año entero de internado en diversas parroquias arquidiocesanas.

Treinta nuevos seminaristas van a ingresar al Seminario St. John’s y a la Casa de Formación para Seminaristas Juan Diego en Gardena, el próximo otoño. VN

¿QUIÉNES SON LOS NUEVOS SACERDOTES?

PADRE JEFFREY BAKER (31) de Glendale. Su vocación sacerdotal despertó cuando servía de monaguillo en el quinto grado. Su parroquia asignada como sacerdote: St. Charles Borromeo, North Hollywood.

PADRE JOSHUA DIENER (29) de Pasadena. Desde High School él consideró el sacerdocio, pero eligió la carrera de música. Al graduarse sintió el llamado a servir a Dios. Su parroquia asignada como sacerdote: St. Mary Church, Palmdale

PADRE LUIS ESPINOZA (33) de Michoacán, México. Inmigró a Estados Unidos a los 16 años, halló muchas dificultades, encontrando consuelo en un retiro de jóvenes en una Iglesia Católica local. En ese momento supo que necesitaba compartir el amor de Dios con los demás. Su parroquia asignada como sacerdote: St. Gregory the Great, Whittier.

PADRE PAOLO GARCÍA (31) de Signal Hill. Su vocación por el sacerdocio surgió en sus años universitarios en UC Berkeley. Su parroquia asignada como sacerdote: St. Elizabeth Ann Seton Church, Rowland Heights.

PADRE ANTHONY GARCIAS (41) de Westchester. Su primer llamado al sacerdocio fue cuando era monaguillo en St. Jerome Church en 4th grado. Consideró seriamente la carrera religiosa cuando asistía a UCLA. Fue hermano religioso desde 1999 a 2006. Su parroquia asignada como sacerdote: St. John Chrysostom Church, Inglewood.

PADRE GREGORIO HIDALGO (43) de Toledo, España. Viviendo ya en Los Ángeles, sintió el llamado al sacerdocio cuando vio por televisión el funeral del Papa Juan Pablo II. Su parroquia asignada como sacerdote: St. Rose of Lima Church, Simi Valley.

PADRE MATTHEW MURPHY (51) de Santa Clarita. Su primer llamado al sacerdocio ocurrió a edad temprana, y aunque en la secundaria dejó de ir a la Iglesia, al asistir a misa 20 años después, el llamado religioso volvió a resurgir. Su parroquia asignada como sacerdote: St. Monica Church, Santa Mónica.

PADRE ETHAN SOUTHARD (37) de Lincoln, Delaware. Su primer llamado al sacerdocio fue cuando a su arribo a Los Ángeles realizó trabajo voluntario sirviendo comida en una cocina popular. Su familia también tuvo una gran influencia. Su parroquia asignada como sacerdote: Our Lady of Perpetual Help, Santa Clarita.

PADRE ALBERT VAN DER WOERD (56) de Leiden, de los Países Bajos. Su vocación sacerdotal comenzó con una visita a una misión de los Hermanos de Nuestra Señora Madre de la Merced en Kenia, un año después que fue bautizado a la edad de 33 años. Siendo profesor de música ayudó a desarrollar coros juveniles litúrgicos y ofreció formación espiritual. Confirmó su llamado al sacerdocio cuando asistió al Día Mundial de la Juventud en Alemania, en 2005. Su parroquia asignada como sacerdote: Mission San Buenaventura, Ventura.

Más información sobre vocaciones, visitar: http://www.lavocations.org/

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