LOS OBISPOS MEXICANOS RECUERDAN A LOS CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA EL DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA

Comunicado de la Conferencia Episcopal

Los obispos mexicanos han exigido, mediante un comunicado de prensa, que los candidatos a la presidencia de la República se pronuncien con claridad acerca del tema de la libertad religiosa en el país.

En el comunicado, firmado por el presidente y el secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), monseñor José Guadalupe Martín Rábago y monseñor Carlos Aguiar Retes, respectivamente, los obispos recuerdan que todo Estado «para constituirse como auténtico servidor de la sociedad, necesita centrar su gobierno en la dignidad de la persona, y por tanto, en el reconocimiento y garantía de todos los derechos humanos».

Más adelante afirman que «la Constitución Mexicana todavía no incorpora plenamente el reconocimiento de la libertad religiosa; sólo garantiza la libertad de culto y de creencias, que es una parte de ella».

En un tema polémico y poco debatido desde que en 1993 se registró la modificación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público (artículo 130 de la Constitución) los prelados afirman que «la libertad religiosa es un derecho humano fundamental que reconocen y asumen todos los países democráticos de Occidente. Garantizar el derecho a la búsqueda de las verdades trascendentes y el propósito último del hombre, es un componente esencial de una democracia sustentable».

En lo que respecta al tema de la modernidad del Estado mexicano, los obispos afirman que «el Estado que garantiza el derecho a la libertad religiosa propicia las condiciones para que las Iglesias ejerzan su misión y otorguen la asistencia espiritual a sus feligreses. El Estado, cualquiera que fuere la posición adoptada respecto del hecho religioso, sobretodo declarándose laico, respeta la libertad religiosa cuando ayuda, participa, fomenta o tutela que las Iglesias respondan a las necesidades propias de la comunidad creyente».

Tomando en cuenta las definiciones de laicidad que los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI han difundido, la CEM confirma que éste principio «garantiza el respeto de cualquier confesión religiosa por parte del Estado, que asegura el libre ejercicio de las expresiones de culto, espirituales, culturales y caritativas de las Iglesias. En una sociedad pluralista, la laicidad es un lugar de comunicación entre las diversas tradiciones espirituales de la Nación. Cada institución debe funcionar con propia autonomía y abierta para colaborar en bien de la persona y de la comunidad».

«Un estado laico, plural y aconfesional, no tiene porqué promover la irreligiosidad o la indiferencia ante una parte fundamental de la naturaleza humana, la religión es la primera libertad del alma humana, es absurdo que en nuestro país que tanto se habla de libertades, se margine a instituciones y a personas por el simple hecho de manifestar sus convicciones religiosas. El hombre no deja su ser espiritual al actuar públicamente», aseveran los obispos mexicanos.

Finalmente, recuerdan que «el Estado promueve una sana libertad religiosa brindando, en el caso de las escuelas públicas, los medios necesarios para que los menores puedan recibir la enseñanza religiosa de acuerdo con el expreso consentimiento de sus padres, como sucede en los países donde se tiene una democracia madura».

«Naturalmente, dicen los purpurados, son muchos los asuntos que pueden entenderse como ejercicio de la libertad religiosa, la posesión de medios de comunicación por parte de una asociación religiosa y la emisión de programas confesionales, la atención espiritual a los creyentes en los hospitales, reclusorios, en las mismas fuerzas armadas, la igualdad de derechos a los ministros de culto».

Concluyen invitando a los candidatos a la presidencia de la República a manifestarse sobre este tema, «que beneficia a la persona en particular, a la familia, a las Iglesias, y a la comunidad en general».

FUENTE: ZENIT.org / El Observador

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