LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DEBEN HUMANIZAR EL TRABAJO MARÍTIMO, NO DEGRADARLO

Alerta el Apostolado del Mar

Las nuevas tecnologías han mejorado la dura vida laboral de la gente del mar, pero también proyectan sombras promoviendo situaciones degradantes, advierte el Apostolado del Mar.

Esta expresión de solidaridad se recoge en el «Mensaje a la gente de mar -Testigos de esperanza para un humanismo cristiano en el mundo marítimo» difundido por los participantes del XXII Congreso Mundial del Apostolado del Mar, celebrado en Gdynia (Polonia) del 24 al 29 de junio.

El Apostolado del Mar –al que engloba el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes- es una red internacional de asociaciones y organizaciones católicas fundada en 1922 y actualmente presente en, al menos, 116 naciones.

La reciente cita en Polonia, convocada por el mencionado dicasterio, ha profundizado en el alcance de tal pastoral, la espiritualidad de este apostolado y su aportación específica al mundo marítimo, partiendo del tema «En solidaridad con la gente del mar, testigos de esperanza con la Palabra de Dios, la Liturgia y la Diaconía».

«Conocemos y denunciamos, junto a vosotros, la existencia de numerosas situaciones inhumanas que siguen persistiendo en el mundo», se lee en el mensaje final -del Congreso Mundial- dirigido al pueblo del mar, comunidades costeras y profesionales marítimos.

«Sabemos también, en cambio, que muchos de vosotros viven valores auténticos de solidaridad y valentía, y que, en las naves, existen relaciones amistosas entre personas de culturas y religiones diferentes», aplauden los miembros del Apostolado del Mar.

El afán solidario les ha llevado a analizar el efecto de las nuevas tecnologías en este ámbito profesional: «Os ayudan a comunicar mejor con vuestras familias, entre vosotros y con la opinión pública».

En este contexto, se expresa gratitud a las instituciones que ponen a disposición de la gente del mar las nuevas tecnologías y les enseñan a utilizarlas.

Pero «no poder acceder a ellas o no saber servirse de ellas contribuye a agrandar el abismo que separa a los que saben de los que no saben, esto es, los pobres de siempre», advierten.

«En efecto, algunas empresas utilizan estas tecnologías para someteros a ritmos de trabajo de robots, en detrimento de vuestro equilibro humano, familiar y espiritual», denuncia el Apostolado del Mar.

Ésta es una de las razones por la que los miembros de tal apostolado desean ser solidarios con la gente del mar «como testigos de esperanza», pues aunque «la Iglesia es consciente de ser esa frágil embarcación en la que navega la esperanza», en ella «está Alguien que tiene un nombre y un rostro, Jesús Salvador, Esperanza del mundo».

«Él nos impulsa a promover un humanismo marítimo vivificado por la Esperanza cristiana» a través de la cual «no se trata de alcanzar únicamente un objetivo, sino de vivir una vida verdaderamente humana, como Dios la ha querido para nosotros, que hemos sido creados a su imagen», subrayan en el mensaje.

«A través de esta Esperanza, Él nos pide hablar con palabras que sean acciones»; «no nos pide ser sólo la voz de quienes no tienen voz, a través naturalmente de nuestras organizaciones profesionales, sino ser Su Palabra, que vive y repercute, por medio de nosotros, en el mundo marítimo, vuestro-nuestro mundo», confirman.

«A través de la Esperanza cristiana, Cristo, Sacerdote y Diácono, nos pide servir a la gente del mar allí donde estemos presentes -aclaran-, ante las instancias públicas, los diferentes responsables y las comunidades cristianas, para que no den la espalda al mar, sino que presten atención a quienes viven en el mar y del mar».

El mensaje es vehículo de gratitud además a todos los agentes de pastoral, los sacerdotes, los religiosos y religiosas, los diáconos, los laicos y los voluntarios que participan en la vitalidad del Apostolado del Mar.

«Conocemos los buenos resultados, en numerosos lugares, de una colaboración ecuménica lealmente vivida, y de un diálogo interreligioso que nace, en concreto, en el terreno, a bordo, y en los centros de acogida», concluyen los participantes en la cita mundial de este apostolado. VN

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