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LA ARQUIDIÓCESIS EMPIEZA EL PROCESO DE FINANCIAR LOS ACUERDOS FUTUROS EN LOS CASOS CIVILES

El pasado diciembre, la Arquidiócesis de Los Angeles acordó resolver 46 casos civiles en los que el abuso sexual por parte del clero había sido sospechado. La suma total del arreglo fue de $60 millones, de los que la Arquidiócesis contribuiría aproximadamente unos $40 millones. Cuando se llegó al final del litigio, escribí:

“Ahora que se ha llegado a este acuerdo, nuestra atención va a dirigirse a la resolución de todos los casos pendientes. Conseguir un acuerdo en todos aquellos casos va a requerir la participación activa de muchas compañías aseguradoras que cubrían el seguro de responsabilidad legal durante aquellos años pasados cuando el abuso tuvo lugar. Espero que estas compañías aseguradoras se juntarán con nosotros para movernos hacia un arreglo final de estos casos tan pronto como sea posible”.

En estos últimos meses, abogados, jueces y líderes eclesiásticos han trabajado diligentemente para llegar a un acuerdo que sea justo e imparcial. Mi oración de cada día es que este proceso continúe ganando fuerza para que en un futuro próximo estos casos puedan ser decididos justamente.

Aunque ha sido siempre la posición de la Arquidiócesis que las compañías aseguradoras deben cumplir su responsabilidad de financiar la parte mayor de los acuerdos futuros, la Arquidiócesis también debe estar preparada para cubrir su parte en los acuerdos que vienen. Como también dije en diciembre pasado, esto exigirá que la Arquidiócesis empiece a deshacerse de propiedades para reunir fondos para solventar los acuerdos, y tambien reevaluar algunos de los servicios y ministerios que ofrece a las parroquias.

La Arquidiócesis no tiene el objetivo de hacer inversiones en propiedades; más bien las propiedades se han adquirido a través de los años para establecer nuevas parroquias, escuelas, varias instituciones caritativas, conventos, etc. Algunas propiedades se han guardado para futuras parroquias, futuras escuelas, y otras propuestas ministeriales. Nuestra preferencia sería retener todas aquellas propiedades. Pero no tenemos otro medio de reunir fondos para los acuerdos futuros que vendiéndolas.

Ninguna parroquia o escuela parroquial será cerrada para financiar estos acuerdos, ni se verán afectados sus ministerios esenciales por estas ventas. Ninguna de las propiedades que están siendo consideradas para venderse están siendo usadas por las parroquias de la Arquidiócesis.

He decidido nombrar un grupo especial de trabajo constituido por miembros del consejo arquidiocesano de finanzas, los decanos, el consejo de sacerdotes, y el colegio de consultores para identificar las posibles propiedades elegibles y clasificarlas según su uso y valor. Se han señalado ya unas 50 propiedades, y se siguen haciendo más apreciaciones para discernir su justo valor de mercado. Se estudian otras propiedades posibles de ser vendidas.

Con el consentimiento de todas las partes consultadas, he pedido que la primera propiedad mayor para ser vendida sea el Centro Católico Arquidiocesano (A.C.C.), situado en el Wilshire Blvd, en el área del mid-Wilshire en Los Angeles. Tiene sentido que la Arquidiócesis empiece este proceso demostrando nuestro serio compromiso en llegar a un acuerdo final en estos casos vendiendo nuestro edificio administrativo. Luego arrendaríamos otro espacio menor de oficinas para los ministerios y servicios, o volveríamos a arrendar a otros algún espacio en el mismo edificio.

Renuevo mi compromiso personal y el de la Arquidiócesis de continuar la tarea importante de prevenir cualquier abuso sexual y la posibilidad de tal abuso por medio de nuestros programas preventivos de entrenamiento, procesos de investigación para todos los sacerdotes, empleados y voluntarios, y los programas diseñados para nuestros niños y acomodados a su edad para crear un ambiente seguro en nuestras parroquias y escuelas.

En estos años pasados he dicho con frecuencia que la gracia de Dios es más poderosa que el mal causado por acciones pecaminosas. Nuestra Iglesia se ha hecho más humilde, más fiel y más centrada en nuestra misión principal: evangelizar a todos en el nombre de Jesucristo.

Tengo fe de que seremos capaces de avanzar en esta misión con energía renovada y con una creatividad valiente.

Oremos para que la intercesión de Nuestra Señora de Los Ángeles nos guíe a todos en devolver la salud a las víctimas y la integridad a la Iglesia. VN

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