EL PAPA ESPERA QUE LA IGLESIA EN CUBA RECONCILIE LA SOCIEDAD, DICE CARD. BERTONE

Durante la Misa celebrada este domingo en Guantánamo, con ocasión del X aniversario de la creación de la diócesis de Guantánamo-Baracoa, el Cardenal Tarcisio Bertone señaló que es deseo del Papa que la Iglesia en Cuba trabaje “con paciencia” para reconciliar la sociedad.

El Secretario de Estado transmitió los saludos del Papa Benedicto XVI a “esta querida Comunidad diocesana, animada por una gran vitalidad y pujanza evangelizadora; una Comunidad a la que las pruebas y los sufrimientos la han hecho todavía más solícita y firme en la fe”.

“Prosigan, queridos hermanos y hermanas, la estela trazada por los sacerdotes diocesanos y las comunidades religiosas, que aquí han desarrollado y desarrollan su misión evangelizadora. Juntos podrán dar testimonio de aquella esperanza que no decepciona”, agregó el Purpurado.

Luego, comentando el Evangelio del Domingo que relata el diálogo entre Jesús y la Samaritana, el Cardenal Bertone recordó que en este episodio “se ha visto justamente un paradigma del camino del hombre hacia Dios. Cuando el hombre acepta cuestionarse, cuando sale de sí mismo y se interroga sobre el sentido de la vida y se pone a la búsqueda de Dios, es el propio Dios quien sale a su encuentro, porque Él ha venido a nosotros en Cristo”.

“Jesús –recordó el Purpurado- no promete una vida fácil, sin dificultades en esta tierra. Quien lo sigue sabe que tiene que afrontar muchas pruebas. Él, sin embargo, nos robustece con la fuerza de su amor, y su presencia hace que estemos siempre ‘alegres en la esperanza, firmes en la tribulación, asiduos en la oración'”.

Al respecto, “sé de los sufrimientos presentes en el corazón de muchos jóvenes y conozco también el dolor de los niños y adolescentes que han padecido la separación de sus progenitores y los ha obligado a crecer sin disfrutar de la unión de sus padres”, dijo el Cardenal; y agregó que “esto ha provocado en ellos a menudo un dramático desequilibrio afectivo, con nocivas consecuencias a largo plazo para el desarrollo armónico de la persona, al cual contribuye sin duda el afecto y la presencia complementaria de los padres en el mismo hogar”.

“Exhorto, por tanto, a cuidar cada vez mejor la preparación de los jóvenes al matrimonio e invito a los padres a no escatimar sacrificios para mantener unida la familia, siendo ejemplo de fidelidad matrimonial, buscando siempre el bien del cónyuge y no dejándose vencer por caprichos dañinos”.

Dirigiéndose luego a los jóvenes, el Purpurado recordó el histórico encuentro del 23 enero de 1998 del Papa Juan Pablo II con los jóvenes cubanos en Camagüey; en el que los invitó a abrir el corazón a Cristo.

“Este reto sigue vigente. El vigor, la fuerza espiritual de muchas de sus comunidades cristianas que hoy admiramos provienen en buena medida del sí de aquellos jóvenes a Jesús y a su Evangelio. Hoy la Iglesia los necesita todavía más; sigan a Jesús sea lo que sea lo que les pida. Si les llama a seguirlo más de cerca en el ministerio sacerdotal y en las diversas formas de vida consagrada, respóndanle con prontitud y fidelidad; síganlo según los dones que el Espíritu Santo les concede en abundancia. Sean generosos con el Señor y Él no cesará en su generosidad”.

Luego, el Secretario de Estado reveló que “el Papa desea que éste sea un período en el cual el pueblo cubano crezca unido y solidario gracias al diálogo paciente y perseverante, gracias a gestos de reconciliación y de pacificación que abarquen a todos los sectores de la sociedad. Sólo con el camino de la concordia y la comprensión se curan los corazones, y se sanan definitivamente las heridas provocadas por las tensiones del pasado”.

La Iglesia –concluyó- no dejará de ofrecer su propia ayuda para esta acción pacificadora, haciéndose cada vez más la casa común de todos, especialmente de los pobres, de los enfermos, de los necesitados; una gran familia, en la cual cada uno tenga su sitio y desarrolle su propia vocación, al servicio del Señor y para bien de los hermanos”. VN

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