CHILENO ALCANZA EL “SUEÑO AMERICANO” CON MUCHA FE Y TRABAJO

El inmigrante chileno Marcelo Concha ha triunfado como empresario tras perseguir su “sueño americano” con fe, pese a estar solo, no saber inglés y disponer de poco dinero.

“Este es un país de muchas oportunidades. Si uno tiene realmente el propósito de surgir, éste es el mejor país para hacerlo. Con ganas de hacer lo correcto, perseverando y con buen ánimo”, dijo Concha, de 61 años y presidente de las empresas Jet Set Express y Jet Set Land.

Con estos servicios de transporte terrestre, sus ilusiones de prosperidad y sueños de salir adelante se hicieron realidad, tras llegar a Miami hace más de 30 años.

Con 20 autobuses y 27 chóferes, este empresario brinda un servicio de primera clase a sus clientes que viajan entre Orlando y Miami.

Además, ofrece transporte a grupos de estudiantes, empresarios que vienen de todas partes del mundo y turistas que llegan a Orlando a disfrutar de las atracciones de los parques temáticos.

Cuando tenía 30 años, Concha dejó su natal Chile, donde era propietario de un negocio de lavado en seco y una discoteca, para empezar de cero en Estados Unidos.

“Cuando salí del aeropuerto me pregunté: ¿qué voy a hacer acá, a dónde voy? Tomé un taxi y le dije al taxista que me llevase al centro”, recordó.

El taxista le llevó a un hotel y en una conversación con un desconocido -que se convertiría en su suegro diez años más adelante- le recomendó venir a Orlando.

Consiguió trabajo en una lavandería en el área de Disney World, donde estuvo poco tiempo.

“Eso era algo pasajero, me propuse trabajar durante 10 años fuertemente para ver resultados, siempre con la esperanza de surgir y hacer algo más”, dijo.

Con otro amigo chileno compró una pizzería que solamente duró dos años porque perdieron el negocio y tuvo que volver a buscar trabajo que lo encontró en una gasolinera ubicada a lado de su negocio.

Las jornadas largas de trabajo, entre mecánico y encargado de la gasolinera, le permitieron poco a poco cubrir sus deudas y a su vez mantener una furgoneta que daba servicio local a turistas.

“Con ese carro que era también mi carro particular, pude sacar algún dinerito con estos viajes. Entonces, era maravilloso, porque igual cuando se dañaba lo arreglaba y el costo era cero”, recordó.

Así, empezó su clientela local, mientras trabajaba también en el área de ventas de un hotel del hombre que años atrás le había dicho que se ubicara en Orlando.

“Fui a trabajar promocionado el hotel y al mismo tiempo pude operar mi negocio durante un año hasta que vendieron el hotel y tuve otra vez que comenzar de nuevo”, precisó.

Sin pensarlo mucho, viajó a Miami para ofrecer sus servicios de transporte.

“Me costó entrar porque nadie me conocía, pero tenía que expandirme, no podía defenderme localmente y empecé a captar clientela. Brindaba a los clientes el mejor trato y ellos fueron mi mejor carta de presentación”, agregó.

Luego, los clientes empezaron a llover y las agencias operadoras de turismo le contrataban hasta que fue abriendo su propio mercado.

“Cuando vi que el negocio de la pizzería se iba perdiendo me entusiasmé más con la idea del turismo, a pesar de no dominar el inglés”, comentó.

Hasta aprendió a entender el portugués con los grupos que venían de Portugal y Brasil, siendo uno de sus mayores clientes.

“Para julio, transportamos alrededor de 5.000 pasajeros por día, que vienen de Brasil y es una de nuestras temporadas altas, al igual que enero”, dijo.

Su filosofía de vida y trabajo le obligan a cuidar cada detalle, bien sea en lo administrativo, como chófer, mecánico, pintor o contestando las llamadas a sus futuros clientes.

“Es que de eso se trata el negocio, hay que cuidarlo, me gusta mi trabajo, aquí los chóferes son mis socios, trabajamos juntos en esta empresa. Mi esposa o yo contestamos llamadas en horas de la noche desde casa”, dijo.

Hace unas semanas, abrió en Chile su nueva corporación Jet Set para brindar servicio de transporte local, otro sueño realizado.

Su compañía ha sido reconocida como la empresa de transporte más segura de Florida, premio otorgado por la Asociación de Propietarios de Buses Unidos (UBOA), en 2005.

También su flota está registrada para ayudar en tiempos de desastres, como ocurrió con el paso del huracán “Katrina” en Nueva Orleans hace tres años. VN

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